La crónica de 12 retos, 12 Cimas El Borón
12 RETOS 12 CIMAS.EL BORON.14-10-23
El reto del mes de octubre es un recorrido circular con ascensión al Pico Borón (1.326 m) como punto más elevado. Salimos desde Huesca, desde el lugar habitual, el parking del Palacio de los Deportes, a las 7:30 h. Somos, después de varias bajas de última hora, 32 participantes, firmamos los consentimientos y nos organizamos en los coches particulares para arrancar dirección al aparcamiento de la presa de Vadiello, donde nos esperan algunos que han llegado directamente.
Dejamos en los coches la comida para nuestro regreso, preparamos la equipación, y comenzamos nuestro recorrido a las 8:15 horas. La mañana está ideal, cubierta aunque sin amenazar lluvia, temperatura de 16º y sin viento. Cruzamos por los túneles, bordeando el embalse por el camino natural de La Hoya hacia Nocito, dejamos a nuestra izquierda las vistosas formaciones de El Puro y La Mitra, y seguidamente El Elefante a nuestra derecha, a partir de allí el camino torna en suave ascenso alternando con pequeñas bajadas, hasta que en el punto donde tenemos alineada otra de las formaciones que caracterizan la zona, El Huevo de San Cosme, un mojón a nuestra derecha nos señaliza el primigenio camino de Los Carboneros, utilizado como paso por el valle, antes de que se construyera la presa, precisamente para hacer carbón, todavía mantienen vestigios de dichas carboneras.
Este camino actualmente es apenas transitado debido a que discurre muy próximo al nivel del embalse, permaneciendo oculto bajo las aguas cuando está lleno. Tenemos la oportunidad de poderlo recorrer puesto que Vadiello se encuentra a un escaso 15% de su capacidad. Tiene muchos tramos con piedra suelta y restos de troncos y ramas, que nos obliga a andar con cautela. Sin traza alguna caminamos buscando los mejores apoyos descendiendo hasta la orilla del río Guatizalema, lo hacemos en un pequeño meandro donde nos encontramos con una agradable fragancia desprendida por la multitud de brotes de plantas de Sándalo que han surgido en un terreno que en condiciones normales estaría totalmente cubierto de agua.
Continuamos serpenteando por la orilla del Guatizalema varios tramos más, atisbamos a nuestra izquierda las formaciones de La Capilla y del Proyectil, que dejamos atrás avanzando hasta enlazar de nuevo con el Camino Natural de La Hoya, al que nos reincorporamos dejando el río a nuestra izquierda. La anchura del cauce y el bajo caudal nos hubiese permitido, seguramente, seguir avanzando por el río sin mojarnos, pero optamos, dado el numeroso grupo y no llevar calzado de repuesto, por seguir el Camino previsto. Ahora toca subir durante un tramo para ganar altura y superar el encajonamiento del río, entre falsos llanos, arropados por la vegetación de carrascas, bojes y pinos, avanzamos hasta un mojón que a nuestra izquierda nos marca nuestro desvío, que tomamos, abandonando el Camino Natural de la Hoya, para bajar nuevamente hasta el río. Lo cruzamos por un tramo ancho y con una buena base de piedra caliza sin necesidad de descalzarnos por la poca agua.
De nuevo toca subír e ir recuperando poco a poco la altura perdida. La senda nos retorna hacia el sur por la otra orilla del río hacia el paraje de La Matosa.
A las 10,45 h, hacemos parada para tomar el almuerzo en un plano, encima del río, permitiéndonos nuestra posición divisar la cima del Borón al fondo y varias de las formaciones por las que antes habíamos pasado, además del omnipresente Fragineto, que desde esta posición nos parece mucho más impresionante.
Antes de terminar, Andrés y Nino, casi sin pegar bocado, , se adelantan con herramientas para limpiar y despejar un tramo de subida de nuestro recorrido, por Bozarruego. El resto terminamos tranquilamente de reponer energías y media hora después retomamos nuestro camino. Llaneamos, sorteando barrancos, hasta el derruido Corral de Vallés. Una pequeña parada para su observación y cruzándolo por sus paredes ruinosas seguimos en descenso la traza mojoneada hasta el fondo del Barranco de La Matosa. Antes podemos observar a nuestra izquierda el Forao existente, casi formando un perfecto semicírculo, en una peña de conglomerado, junto al viejo corral de La Matosa.
En nuestro caminar no dejamos de divisar , vigilantes, las formaciones gemelas de Los Pepes, siempre de frente.
Superado el Barranco seco de La Matosa volvemos a ascender, paralelos al Barranco Canicos, hasta alcanzar un desvío a la izquierda para cruzarlo y seguír ascendiendo por Bozarruego. Se nota el buen trabajo que han hecho Andrés y Nino, limpiando el camino abierto hace tres años y dejando el paso en perfectas condiciones para subir poquito a poco hasta alcanzar el Cuello de Ligüerri, donde nos encontramos con ellos felicitándoles por su esfuerzo.
A partir de allí nos resta el último y exigente repecho, tanto por su verticalidad como por el terreno pedregoso, que afrontamos en fila de a uno, más o menos distanciados, hasta coronar satisfactoriamente el pico Borón a las 13:40 horas. Las magníficas vistas y la buena temperatura propician que nos tomemos nuestro tiempo para disfrutarlas a la vez que numerosas fotos, tanto individuales como del grupo. Aprovechamos también para comer algo.
Se reemprende la marcha bajando por donde habíamos subido de nuevo hasta el Cuello de Ligüerri, también con precaución por los resbalones. Alcanzado el collado, dinde nos hemos reagrupado, continuamos de frente, dejando a nuestra derecha la senda por donde habíamos venido. Subimos hasta alcanzar las crestas del Saso, con un ritmo más pausado debido a que algún participante acusa el esfuerzo realizado y no queremos forzar.
En la cresta esperamos de nuevo a concentrarnos todos para retomar el descenso juntos.
Seguimos el camino señalizado en suave descenso hasta la Peña San Jorge, desde donde encaramos la profunda chimenea, encajada entre dos bloques de conglomerado que nos obliga a buscar apoyos para no resbalar en varios tramos y a realizar pequeños destrepes, utilizando también como apoyo cuerdas fijas colocadas en los pasos más empinados. Para el destrepe más pronunciado utilizamos, por estar muy degradada la existente, una cuerda que ha traído Javier Cruchaga. Los guías del club ayudan a todos a bajar por ese tramo en el que se requiere prestar especial atención y cuidado, empleando el tiempo y apoyo necesarios. Antonio Rico en la posición intermedia, sujeto con un arnés, y Nino en la base marcando los apoyos son de gran ayuda.
Superado este tramo de destrepes y dificultad, que genera pequeños grupos, acometemos la parte final del descenso, sin perdernos las vistas que algún saliente nos proporciona del entorno.
Debido a los minigrupos que se han formado en el descenso, la llegada al aparcamiento, punto de partida, se realiza desde las 17:15 horas, los primeros, has las 18 h. los más rezagados.
En el parking, por parte del club se ha traído neveras con bebidas y refrescos fríos para todos, un detalle que agradecemos expresamente. Comemos algo de lo que habíamos guardado, reponemos líquidos y nos felicitamos por el esfuerzo del día, que ha merecido la pena antes de retornar a Huesca en los coches.
Espléndida reseña de una gran jornada de montaña. Felicidades.
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