Nocturna a Guara

jueves, agosto 01, 2019 0 Comentarios


Ascensión a GUARA


Las obras de la autovía originan un atasco hasta un poco antes de llegar a Arguis, hecho que nos hacer perder casi una hora a los vehículos que salimos en los segundos y tercer horarios y poco  menos a los de las 18 h. 
Así la salida desde Used para los distintos grupos es a las 19,45 h (grupo de las 18h y M. Santiago, Miguel y Michel) , 20,45 h (Antonio, Niko, Enrique y Belén), 20,55h. (Tomás, Pichetas y Josico) y 21,15 (Cru, Piñeiro, Raúl, Héctor, Jesús y J. Antonio). 
Un despiste en el grupo primero hace que sigan por la senda hacia Cupierlo en lugar de tomar la pista a Fenales, después, al llegar a los prados, el no tomar la pista  a la dcha. que en 400 M. les hubiese acercado de nuevo al refugio, siguen por la senda de Santa Cilia hacia Ballemona perdiendo por la obscuridad la traza y obligándoles a avanzar entre erizones monte a través y volver a recuperar la dirección correcta por encima del pozo de hielo. Toda esta aventura les hace perder tiempo, aunque también la ascensión ha sido más larga pero más tendida, más suave. 
Cuando llegamos al collado, punto de pernocta, nos extraña muchísimo que no haya nadie, no tengo tiempo de elucubraciones  porque cuando empiezo a sorprenderme, en ese mismo momento, recibo la llamada de Felipe indicándome su posición, giro la vista a la izda y atisbo las luces de la avanzadilla del grupo que ya han coronado Ballemona, les indico también nuestra posición, son las 23,30h. 
Me anticipa lo sucedido, que van todos bien aunque un poco dispersos. 
Llegan Tomás, Pichetas y Josico casi de inmediato y las primeras unidades del grupo de las 18h. lo hacen a las 23,45h., sanos y salvos. 
Diez minutos después lo hace Cru y su grupo. 
Buscamos la cara norte para minimizar en lo posible el bochorno que con rachas más o menos fuerte sopla del sur. 
El espacio para albergar a todos es bastante amplio, nos dispersamos para ocupar las mejores posiciones y evitar la pendiente. 
Una vez instalados es hora de cenar, la hora y el esfuerzo abren el apetito. 
Se nota en el grupo el cansancio porque enseguida reina el silencio, sólo se oyen los plásticos que mueve el viento. Unas pocas gotas se precipitan de una nube pasajera, ni siquiera se puede catalogar de andalocio, no les damos importancia ni generan inquietud. Observamos rayos en el horizonte, pero lo suficientemente lejos como para tampoco  preocuparnos. 
Algunos movimientos en la noche, pero más por buscar una mejor posición o hacer uso del wc. 

La luna, teñida de amarillo, que aparecía a nuestra llegada tímidamente entre nubes por el oeste va ganando altura y a medida que lo hace, como por arte de magia, se torna blanca. Aparece incompleta, pero podemos disfrutar de su luminosidad y hacer volar la imaginación recordando  el  50 aniversario de la conquista de la Luna (20 julio 1969). Las estrellas, semi ocultas por unas nubes viajeras, se hacen más destellantes conforme avanza la noche. Las observo por el pequeño hueco que dejo liberadamente en el saco, estoy tapado por completo. 
5,15h. Comienza el movimiento, nos vamos incorporando lentamente, todos hemos dormido, unos más que otros. Desayunamos, recogemos los sacos y mochilas y las dejamos apiladas para realizar el último tramo de la ascensión al Tozal sin peso, sólo con alguna bolsa con termos y pastas. 
Unas cabras nos berrean en la distancia. 
6,30h. No hay nadie más en la cima, solo el grupo, el aire, como casi siempre ocurre en este punto, deja de soplar. Fotos y más fotos mientras esperamos el amanecer. 
Unas nubes en el horizonte se interponen entre nosotros, nos privan de ver los primeros rayos de sol cuando asoma entre las cumbres, tenemos que esperar unos minutos más para observar como aparece con fuerza sobre los cúmulos que todavía persisten. Esta circunstancia no quita solemnidad al amanecer, distinto a los anteriores, sin duda no hay dos iguales, pero todos tienen su esplendor y no nos deja indiferente. 
Es difícil, pero siempre hay alguien en el grupo que asciende por primera vez, en esta ocasión Gema, Ana, Susana, Jose Luís, J. Antonio y M. Santiago 
7,30H. Una hora después, sin olvidar  realizar la foto de grupo y muchas individuales, comenzamos el descenso. 
En el lugar de pernocta recogemos mochilas y en  pequeños grupos vamos descendiendo sin prisa. Una corta parada en nuestra Cruz para ordenar las piedras y continuamos hasta Fenales, donde reagrupamos. 
Poco antes de llegar, en el tramo final de esta parte de descenso, lo que no ocurrió el día anterior ocurre aquí, un tropiezo y caída de Susana. Afortunadamente sólo ha sido un retorcijón de tobillo sin consecuencias, le facilito un ibuprofeno en el coche que le calma las molestias. 
Aprovechamos la reparación del sifón del refugio para beber y remojarnos, especialmente manos y cara. 
Seguimos el camino un poco dispersos, en pequeños grupos, desde aquí el regreso al punto de partida no ofrece ninguna duda. 
Otro percance, otro retorcijón de tobillo, hace caer a Gema. No hay lesiones salvo la pequeña elongación de tobillo y las gafas rayadas. 
Vamos llegando al coche con sed y apetito. Para hidratarnos damos cuenta de las bebidas que, tanto el Club como Josico, dejamos en las neveras ayer en los coches. Los últimos cubitos de hielo que introdujimos en las mismas ayer, cuando comenzábamos la marcha, no sólo han conservado el frío sino que todavía hay alguno que conserva su grosor. 
Reajustamos las plazas de los coches y nos dirigimos a San Urbez, donde nos espera el equipo de cocina, Miguel y Ana, ayudados por Quique, y A. Salinas y Nieves. Estos últimos no sólo  han querido acompañarnos, nos han traído gentilmente dos tortillas de patata con huevos de corral y unas rastras de chorizo y longaniza de Graus, Muchas gracias pareja. 
El que quiere repite de huevos fritos, algunos tres, y de longaniza, especialmente los jóvenes. De postre sandía, café que ha traído Ana, y  ya a las 12, después de una buena sobremesa y dejar todo cerrado y recogido, vuelta a casa. 
Nocturna, no exenta de anécdotas, que ha terminado perfecta y que quedará gratamente en el recuerdo de todos. 

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Aspe, Llena de la Garganta y Llena del Bozo

jueves, agosto 01, 2019 0 Comentarios



ASPE. LLENA DE LA GARGANTA. LLENA DEL BOZO. circular. 12-07-2019


Lolo. Tony. Antonio. Madrugón para poder comenzar a caminar pronto, hoy también anuncian día de calor bochornoso. El partir  desde Carrefour a las 5,30h. nos permite comenzar a caminar a las 6,50h. La ruta elegida para llegar al punto de partida es por Castiello de Jaca, desvío antes de Villanúa hacia Aisa por la 
HU-V-2201 y después, a la salida del pueblo, por la pista asfaltada que asciende paralela al cauce del río Estarrún.
1500m. Una verja, al final del asfalto, impide el paso de vehículos y señala el final y principio de la jornada. La cruzamos por una puerta colocada en el vallado y seguimos por el camino que nos acerca, después de ascender por una dura rampa de cemento, a los pies del refugio de Saleras. En este punto encontramos las señales que indican el desvío hacia el Aspe. Cruzamos el barranco de Igüer y comenzamos la ascensión hacia Las Llanas, primer obstáculo rocoso que superamos por un terreno pedregoso en primer lugar y que luego alterna con superficie herbosa. Pequeñas lazadas con tramos verticales nos sitúan, ya a 2200 M. de altitud, en un paraje lunático, piedra caliza con rimayas y poljes cubiertos todavía de nieve.
Avanzamos con cuidado de no resbalar, evitando torceduras y caídas por alguna de las enormes estrías que presentan las rocas.
La piedra blanca cambia a color rojizo poco antes de llegar al paso de la Garganta de Aspe,  2427m. La bordeamos sin llegar a ella y comenzamos la ascensión de los últimos metros que nos obligan a una que otra trepada hasta llegar al primero de nuestros objetivos, el Aspe, (2640m.) cima que hoyamos a las 9,10h.
Permanecemos un buen rato en la cresta disfrutando de las excelentes vistas que nos depara este punto, lástima que la ligera bruma al horizonte impide observar con claridad los montes lejanos, aún así tenemos a la vista cercana : Lecherines, Bisaurín y nuestros próximos objetivos, a  más distancia Collarada, Anayet, Midí, y más al noreste, Balaitus, Gran Facha, Tebarray, Picos del Infierno y Argualas. 
9,50h. Comenzamos el descenso hacia el paso de la Garganta del Aspe. Aquí seguimos por terrenos pedregoso  bordeando por la cara sur  nuestro siguiente objetivo. No hay traza perceptible, los hitos se pierden, pero se intuye el camino a seguir. 
Nos encontramos con una cincuentena de sarrios, situados en la ladera de fuerte pendiente que tenemos que atravesar, permanecen quietos  observándonos. Una alegría observar semejante manada, naturaleza viva, significa que han superado la epidemia de sarna que sufrieron estos años atrás (Rupicapra rupicapra pyrenaica), su especie de la "gamuza alpina centro europea" que es la raza tipo. El sarrio, que es el nombre más común, se denomina también chizar, chizard, chizart o chizarz para la zona de Bielsa, e ixarso o ixarzo para la de Benasque. 
El superar esta ladera, con fuerte pendiente, compuesta de piedra suelta, nos obliga a ascender un poco para encontrar piedra  sólida. Así lo hacemos aunque luego tenemos que descender de nuevo para recuperar la marca por debajo del molón y superar el pequeño paso que nos sitúa en un espigón del pico. 
Se nos encoge el corazón cuando encontramos un pequeño sarrio muerto, deducimos que ha sido reciente porque está íntegro, es posible se haya despeñado. Una nueva pena nos invade cuando nos damos cuenta que un sarrio adulto, su madre seguramente, gime a  unos 50 metros  de distancia. 
La ascensión desde aquí se realiza por una chimenea casi vertical, en 45' estamos en la cima de nuestro segundo objetivo, pico Llena de la Garganta, son las 11h.
El horizonte más despejado y el sol más alto nos permite observar con claridad los Picos más alejados, ahora apreciamos con nitidez la marmolera. 
El descenso lo hacemos por el este, seguimos los hitos que nos acercan, tras unas primeras dudas, a otra vertical chimenea que debemos afrontar con concentración. Yo lo hago, en primer lugar, sentado sobre los ficticios peldaños. Una vez iniciado el destrepe comprobamos que no parece tan peligroso como daba la impresión desde lo alto, eso sí, mucha concentración para buscar los apoyos. Me siguen Lolo y después Tony, lo hacemos uno detrás de otro como precaución por la caída de piedras. 
Superada esta dificultad, seguimos descendiendo hasta el paso de Napazal, 2329m. altitud, primero en diagonal por un canchal de piedra suelta y seguidamente por una zona que se entremezclan piedra, tierra y pequeñas flores y plantas, cardos principalmente. 
Aquí comenzamos el ascenso por una ladera de fuerte verticalidad que alterna piedra y tasca. Lo hacemos en zigzag aprovechando las trazadas o los falsos escalones marcados en la tasca. Tomamos aire en un falso rellano que nos proporciona la cresta para afrontar un segundo tramo tan duro como el anterior. Superado este nos sitúa en una nueva   cresta, con vistas de la cara norte del puntal de La Llena del Bozo. El camino a seguir es hacerlo por una pequeña franja con una marcada  zona aérea que por un momento nos hace dudar si avanzar por aquí o descender unos metros para buscar otra vía menos arriesgada que lo hace por una chimenea/pedrera por la cara sur. 
Decidimos seguir adelante, superado el paso debemos girar a la izda para afrontar los últimos metros que nos dejan en la última de nuestras cimas de hoy a 2559m., son las 12,50h.
Permanecemos solo diez minutos en la cima, nos da pereza continuar, pero nos falta toda la bajada, retornamos unos metros para empezar el descenso por la cresta norte y  superar la pedrera que desciende hasta el pequeño valle que forma el inicio del Barranco de Igüer, entre Sierra Bernera y el pico Olivón, que tenemos enfrente, y las laderas de Llena del Bozo. Preferimos, mientras se pueda, hoyar los tramos de tasca y piedra que encontramos a la derecha de la pedrera para evitar resbalones innecesarios. En la parte final es inevitable, pero la pendiente se suaviza bastante. Otro grupo de sarrios nos sorprende cruzando al trope la pedrera y ascendiendo vertiginosamente por una pared casi vertical buscando refugio inalcanzable debajo del pico de la Llena. 
En el valle, donde convergemos con el GR-11, encontramos una surgencia de agua de nieve que utilizamos para refrescarnos y llenar los botellines, 2125m. 13:35h.
Continuamos por un GR recién marcado que nos acerca, alejándonos del barranco, hasta el Collado del Bozo, desde donde podemos divisar el refugio de Lizara. Desde aquí seguimos el descenso por la variante del GR que nos acerca por las laderas del Bozo, zona de pastizales, en pronunciadas lazadas hasta la parte baja. En el punto que gira bruscamente a la izda. lo abandonamos siguiendo una traza  por la derecha en busca de barranco Hondo. Su pronunciado  descenso nos deja en los prados del barranco de Igüer. 
Desde aquí seguimos las marcas que coinciden con la pista que nos acercan, esquivando el más de centenar de vacas que pastan sin inmutarse por nuestra presencia, hasta nuestro punto de partida. 14,59h. Punto final. 
Jornada que nos ha sorprendido por su recorrido y belleza a los tres. Terreno técnico y exigente que obliga a tener una buena preparación y no sufrir de vértigo. Las vistas desde las cimas espectaculares, de cual mejor. 




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Peña Roya y Peña Blanca: circular desde ermita Santa Elena

jueves, agosto 01, 2019 0 Comentarios



PEÑA ROYA PEÑA BLANCA. circular desde ermita Santa Elena. 28.06.2019


Se presume que hoy será uno de los días más calurosos de esta semana de canícula, por este motivo madrugamos y a las 5,30h quedamos en el parking. Tony, por un error en la interpretación, nos espera desde las 5h.
A las 6,15h. llegamos al parking de Santa Elena, punto de partida y llegada de la circular prevista.
Cinco minutos más tarde ya estamos en camino, con una temperatura de 20° y una ligera brisa comenzamos por la pista que en dos lazadas nos aproxima a la ermita.
Desde aquí, después de hacer varias fotos y ver la cascada que origina las surgencias de la ladera del pico San Felices, cogemos la senda que nos acerca al fuerte de Santa Elena. Un mojón a la izda, antes del fuerte, nos señala el comienzo de la verdadera ascensión.
Nos adentramos, en  subida constante con desniveles fuertes, en un bosque muy poblado de bojes, encinas y pinos, salpicado por algún acebo y una abundante vegetación.
Voy abriendo camino y absorbiendo todas las telarañas que cruzan la senda, eliminando los arácnidos que se quedan agarrados en mis brazos, menos mal que llevo sombrero e intento que sirva de avanzadilla. Una pesadilla.
La senda atraviesa pequeños prados y tascas repletos de hierba que nos permiten tomar aire y al mismo tiempo por la ausencia de árboles  divisar el paisaje, cambiante a medida que vamos ganando altura. 
Zig-zag y lazadas casi seguidas nos hacen  ganar  altura precipitadamente y rompen la diagonalidad de la senda. Estas se hacen más evidentes en los impresionantes hayedos que atravesamos. La ausencia de más vegetación favorecen el trazado más vertical. En esta zona de bosque, antes los centenarios ejemplares, es inevitable parar para observarlos casi en la oscuridad. El ramaje tan tupido casi no deja pasar la luz, generando un clima tenebroso de cuento de hadas. En las laderas de la Zarcinera tenemos las hayas más longevas. 
En una nueva tasca (Zaricinera) con una superficie herbácea que casi cubre la senda (1600m) nos sorprenden unos barriles rellenos de hormigón que no logramos descifrar su misión en el pasado. 
A partir de aquí observamos que el camino ha sido limpiado recientemente, incluso algún pino podado. Más adelante encontramos una fuente seca donde un tronco de madera hace de cuenco y depósito para el preciado líquido, especialmente en esta altura. Más adelante, en varios puntos, nos encontramos una tubería que se hace visible en algún tramo de la senda, pensamos que para llevar agua a la fuente. 
Una vez superado el barranco de Faja Lata, que nos obliga a realizar un pequeño descenso, llegamos al "pinarillo", 1749 m., en este punto abandonamos la diagonal que seguía la senda para comenzar una ascensión en vertical hacia el norte que presenta una fuerte inclinación hasta llegar a la cresta de Peña Rapita (2250 m. altitud), serán 1360 m con una media del 42%.
Casi a mitad de rampa nos desviamos ligeramente a la izda. siguiendo unos mojones que nos acercan a una surgencia que nos permite refrescarnos y rellenar los botellines. Totalmente recomendable, ya no encontraremos agua hasta bien avanzado el descenso, y en un día caluroso como hoy nos viene como anillo al dedo. 
Los hitos en este tramo de la ascensión, sin vegetación desde que hemos dejado la diagonal, se pierden o se duplican siguiendo trazas distintas, pero es inconfundible el camino para seguir a la cresta. 
Una vez en ella nos sorprendemos con las impresionantes vistas que nos depara el valle de Tena, con la presa de Bubal a nuestros pies y Sierra Telera a ntra izda. como inicio de las elevadas cimas que vamos observando a medida que giramos la cabeza, Anayet, Midí, Arriel, Balaitus, Tebarray, Argualas, Garmo, Infiernos, Vignemale.... 
Recuperamos los hitos y las marcas del antiguo trazado del GR, ya muy descoloridas, que vamos siguiendo por la cara sur de la "muralla". Puntón que es imposible crestearlo y que hay que superar por el este por una chimenea que nos sitúa en una pequeña depresión con Dolinas que todavía tienen restos de nieve. Seguimos en diagonal sorteando pequeños escarpes que nos sitúan debajo de Peña Blanca, decidimos atacarla realizando varias lazadas para conseguir superar los últimos 100 m. de desnivel con menos esfuerzo. 
10,30h. 7,86 km. 2557m. PEÑA BLANCA. Cima situada en la parte más occidental de las pistas de Sky de Panticosa, localidad que tenemos a la vista justo debajo de la línea imaginaria que trazamos desde cima e ibón de Asnos. Al fondo también es perfectamente visible Sallent y Formigal, está última a la sombra de Peña  Foratata. 
Media hora permanecemos en la cima disfrutando de las vistas y comiendo algo para afrontar el tramo, todavía largo, que nos espera. La temperatura, por otra parte, sigue siendo muy agradable, no se nota a esta altura los rigores del calor de estos días. 
Nuestro siguiente reto lo tenemos a tiro piedra, un pequeño descenso cresteando nos acerca al comienzo de la última rampa. Un rebaño pasta en las proximidades de la cima, casi al borde del abismo, intentamos evitarlas bordeándolas lo más posible, pero ante nuestra presencia se aceleran, y casi en estampida descienden precipitadamente perdiéndolas de vista detrás de una pequeña loma. 
Un antiguo repetidor de señales con una pequeña caseta cerrada con candado identifican a Peña Roya (2573 m), son las 11,10h cuando hoyamos las piedras de color rojizo que dan nombre a la cima. 
Tenemos más cerca de nuestra vista "Sabocos", su cima queda para otro fecha, demasiado para un solo día. Todavía persisten Buenos neveros que se deslizan hacia los ibones de Los Asnos y de Sabocos. El paso hacia Panticosa por el portillo de "Exetro" estaría complicado por la cantidad de nieve que alberga todavía el nevero. 
11,20h, no perdemos mucho tiempo, comenzamos el descenso, al igual que buena parte de la subida, también en diagonal pero con un trazado más pronunciado dirección sur-este, hacia el paso de "la loba" (2003m). 
Improvisando camino, siempre con nuestro objetivo a la vista, vamos bajando siguiendo en algunos tramos las trazas que el ganado deja en los pastos en su deambular diario. 
Al ganado que ha dejado Peña Roya lo atisbamos ahora en las laderas de Sabocos, ascendiendo en una doble fila muy ordenada, casi mejor formados que un pelotón del ejército. 
Se hace pesada la bajada, 550 m. de desnivel que nos sitúan en el collado, paso de "la loba" a las 12,13h., llevamos acumulados 10,74 km. desde inicio. 
Al otro lado las laderas del "infierno" dan nombre al barranco que desemboca en la ermita de Nuestra Sra de las Nieves, a los pies de la localidad de Yesero. 
Cresteamos un poco para superar el comienzo del barranco de "Asieso" y a la altura del puerto de Gavín abandonamos la dirección a Monte Sarase y comenzamos por sus laderas, cara norte, el descenso hacia el fondo del barranco por "sálvese quién pueda". Vamos buscando las zonas menos pobladas de pinos por una pendiente bastante pronunciada, lo hacemos en diagonal teniendo cuidado de no resbalar en la superficie herbosa. 
La ausencia de zarzas facilita que vayamos avanzando sin mayores problemas, eso si, los resbalones son inevitables. 
Un pequeño barranco seco nos permite descender por el unos metros ganando profundidad, lo cruzamos para adentrarnos en un hayedo que aprovechamos por la limpieza del manto para continuar bajando con más verticalidad pero sin abandonar la diagonalidad. Las propias hayas, troncos y ramas, nos permiten utilizarlas para frenar las caídas, que en algún momento son inevitables, culetazos. 
Una grallera que marca el comienzo de otro barranco nos permite volver a utilizarlo unos metros, para ello debemos prestar atención para no deslizarnos por la piedra suelta y patinar en cuclillas. 
Nuevamente nos adentramos en  zona boscosa, pero esta vez vamos buscando el sonido del agua que estamos escuchando hace un rato por un doble motivo, primero refrescarnos y beber, lo necesitamos, después aprovechar su curso, que estamos viendo en el mapa, para llegar al barranco de Asieso. Nos pegamos unos buenos tragos de agua, el que menos 1 litro, nos mojamos bien cabeza y cuello y seguimos su cauce. En apenas 125 m. convergemos con el barranco principal, seco completamente, lo que permite avanzar por el fondo sin problemas. Poco a poco va aflorando el agua perdida y recogiendo de otros barrancos, ahora de las laderas de La Corchata y Fajalato.
Avanzamos aproximadamente 300 m por el cauce, un caos de rocas donde tenemos oportunidad de volver a beber y  observar el reptar de una culebra o víbora?? poco antes de abandonarlo por ntra izda siguiendo una traza que está señalizada con un mojón de piedras.
La senda, no muy marcada, termina en una pista que no esperábamos, no aparece señalizada en el mapa, circunstancia que nos alegra enormemente. Llevamos en este punto 13,24 km. recorridos, estamos a 1440m. y son las 14,05h.
Dudamos si seguirla a izda o dcha, por intuición lo hacemos a nuestra diestra, cruza al otro lado del barranco y sigue casi a los pies de grandes  paredes verticales flanqueada por pinos y matorrales.
Varias lazadas nos aproximan de nuevo al fondo del barranco, lo cruzamos de nuevo poco antes de llegar al refugio de aprovechamiento forestal de la DGA. 14,32km., 14,33h y 1320 m. altitud.
Entramos para ver sus instalaciones, sirven perfectamente para un momento de apuro y no parece haya goteras.
Cien metros más adelante una fuente nos sirve como último avituallamiento líquido para afrontar los últimos 3,7 km que nos restan hasta el coche. El calor bochornoso se empieza a notar, aún cuando vayamos por zona de sombra.
A 15,15 h llegamos al Dolmen y poco después, 15,28 h en el coche. Menos mal que lo hemos dejado entre sol y sombra, aún así marca 35°.
Fin de una buena etapa montañera y aventurera. 

Distancia total 18.76 Km 
Desn. de subida acumulado 1807.62
Altura máxima 2582.9 m Altura mínima 978.1 m
Ratio de subida 20.77 % 
Ratio de bajada 19.2 % 
Tiempo total 9:05:02 h
Tiempo en movimiento 6:31:52 h
Tiempo parado 2:33:10 h
Velocidad media total 2.07 Km/h
Velocidad media en movimiento 2.87 Km/h
Velocidad máxima sostenida 8.15 Km/h

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