Guara: último domingo de septiembre

martes, septiembre 27, 2016 0 Comentarios




 FOTOS de la ascensión

GUARA - 25-septiembre-2016
Lolo. Raúl, Andrés, Carlos Abadia, Carlos Monclús, Alfredo, Oscar, Ana, Jose Antonio, Felipe Munuera, Héctor, Cru y Antonio. M. Dolores es baja de última hora por culpa del despertador.
Coches: Carlos Abadía, Felipe (desde Salesianos) y Andrés (desde Barluenga, pasando por Siétamo para recoger a Cru).

Salida a las 7,15 h. desde Salesianos, un poco más tarde de lo previsto por intentar contactar con M.Dolores. Salimos dirección a la presa de Calcón, cuando llegamos ya estaban esperándonos Andrés y Cru que se nos habían adelantado.
Después de los saludos de rigor, a las 7,50 h. comenzamos la travesía, que a priori sabemos será dura y larga, aunque desconozcamos una buena parte del trazado inicial.


Cruzamos la presa inaugurada en Enero de 1996, así lo indica la placa situada al otro lado de la misma. Saltamos la valla que impide el paso y comenzamos la ascensión al muro que sirve de vaso contenedor  al este de la presa (La Bastida). No hay trazas y además está muy vestida de bojes y zarzas, unos suben en línea recta y otros lo hacemos por el rastro que hoyan las cabras, intentando evitar agarrones y pinchazos. Una vez en la cima descendemos, ya orientados hacia Guara, buscando la senda que viene de Panzano. La encontramos sin dificultad y precisión gracias a la orientación de Cru. Seguiremos por ella unos metros hasta llegar al camino que proviene de Tejerías y que lleva a Santa Cilia de Panzano. Antes nos encontramos unos antiguos polvorines utilizados para la construcción de la presa, son las 8,55 h. Después de unas explicaciones de Cru sobre la finalidad de los mismos, proseguimos la marcha por la pista.
Nos desviamos ligeramente del camino y cogemos una pista que discurre  en paralelo y casi en horizontal para acercarnos al punto de trasvase de aguas del Formiga al Calcón, justo en el barranco que forma la peña el "O Molar". Desde aquí saldremos nuevamente al camino que bordea la peña, este ya sigue una trayectoria ascendente, dirección Casa A Fueba (territorio de la Duquesa Vallermosa), a donde llegamos a las 10:15 h., buena hora para almorzar.
El día nos acompaña, el frescor de por la mañana y la ligera brisa que soplaba en Calcón ha desaparecido, y el cielo  ligeramente cubierto por nubes que no permanecen estáticas nos  evitan pasar calor.
Tan apenas 15 minutos de descanso y reprendemos la marcha, abandonamos la pista, flanqueada por zarzamoras y arañones, y tomamos la senda a nuestra izda., justo después de pasar los resto de  una vivienda, encaminándose casi en línea recta a los pies de los muros de Sierra Guara, a la Izda de la zona denominada "As Pauletas". Dejamos a nuestra izda una señal que indica dirección a "fuente salada", situada en el barranco que forman el Arnabón y Punta o Matal.
Los pinos y zarzas nos van encerrando cada vez más, tenemos que ir sorteándolos por viejos bancales construidos seguramente para repoblar, caminamos dirección oeste hacía el barranco que tomaremos para ascender  casi en vertical y poder  superar un primer tramo que nos llama la atención por el caos producido por un antiguo desprendimiento. Entre piedras y cantos sueltos una surgencia nos sirve para rellenar botellines de agua.
A las 11:25 h. todos hemos superado este escollo, duro pero sin ninguna dificultad adicional además de la verticalidad que hemos ido superando con improvisados zigzag, que nos sitúa a 1.600 m. Solo mencionar un pequeño traspiés de Ana en la ascensión sin importancia, estando muy atento Andrés para ayudarla.
Para evitar una zona muy vestida de erizones y eludir el barranco que Punta Ballemona forma  a nuestra izda, seguimos en linea recta sorteando la maleza y buscando una zona más pedregosa, así, después de realizar una pequeña trepada para sortear una zona rocosa, llegamos a la cresta que nos permite divisar el pozo de hielo de Ballemona y toda la cara este de la Sierra que hasta ahora ha permanecido oculta durante toda la ascensión. Ya estamos a 1700 m. Toda la pequeña loma está repleta de rocas fosilizadas y sedimentos.
Son las 12:26 h. Nos dirigimos ahora hacia Punta Ballemona, enseguida enlazamos con la senda que viene de Los llanos de Cupierlo y Santa Cilia, a partir de aquí el camino es viejo conocido, retomamos las sendas tradicionales. Mientras seguimos nuestra ascensión observamos en la cima del Tozal movimientos de personas, pensamos que son de Peña Guara.
A las 13:10 h. nos enfrentamos con el último tramo de la ascensión, recordamos nuestro punto de acampada de la nocturna. Unas docenas de cabras, que no se inmutan con nuestra presencia, se sitúan a izda y dcha de la senda, el olor a choto es inconfundible. Nos cruzamos con las personas que veíamos a lo lejos, el grupo más numeroso son montañeros franceses.
13:25 h. Objetivo cumplido. Entre el grupo no hay esta vez ningún novato. Hemos llegado todos prácticamente a la vez. El tiempo en la cima es fresco, al norte totalmente despejado, observándose con toda claridad el Valle de Nocito, en cambio al sur la boira hace acto de presencia, ascendiendo desde el fondo y moviéndose con rapidez, lo que origina que solo podamos ver intermitentemente nuestro punto de partida, el embalse de Calcón. Dejamos nuestra impronta en el libro y después de realizar la foto de grupo, aprovechando la presencia de un corredor de running, iniciamos el descenso.
Son las 14 h. cuando decimos adiós al Tozal, la niebla que ameraba los rayos de sol ha desaparecido dejando paso a una tarde calurosa. Comenzamos el descenso de la pedrera con la prudencia inicial que enseguida da paso a un trote rápido que nos hace disfrutar. A las 14,30 hemos superado los dos tramos más marcados de pedrera que nos sitúan al inicio del barranco. Seguimos descendiendo sin parar hasta el cruce del barranco, junto al cauce del torrente, donde nos aprovisionamos de agua y continuamos por el sendero de la "muarra" hasta el cruce de caminos con Tejería,  Collado de Petreñales y embalse de Calcón, justo al final de los huertos de Fabana y en el cruce de barrancos. Son las 16:05, buena hora para comer.
Sentados a la sombra, encima del cesped, aprovechamos para descansar del rápido descenso y reponer fuerzas con lo que queda de las viandas. Media hora más tarde, tiempo más que suficiente, seguimos para afrontar los aproximadamente últimos 4 km. que nos restan. Pista hasta la caseta situada en la cola de la presa, donde la abandonamos para iniciar el camino hacia la casa de cazadores de "estebañón", justo  al lado de una pequeña  fuente y un diminuto  prado con pinos altos y una hermosa mesa de piedra, que ahora comentamos que de haberlo sabido hubiese sido un buen lugar para comer. Este tramo de recorrido es muy bonito, siempre a la derecha de la presa, a la que bordea sin atajos siguiendo sus meandros y rodeados de mucha vegetación. Después de dejar la presa a nuestra izda., un último repecho nos acerca al collado desde donde divisamos las construcciones de la C.H.E. , un poco más allá, tras un suave descenso nos encontramos con  la casa de estebañón, son  las 17:25 h.
Pista hasta el inicio de la finca de C.H.E y tomamos un último atajo para evitar llegar a la rotonda. Realizamos un pequeño destrepe para salvar los pocos más de 10 metros de desnivel que nos acercan a la carretera, por la que seguiremos hasta llegar al aparcamiento, punto de partida. Son las 17,50 h., hemos cumplido el horario previsto (18 h.).
Salvados en 23 km. los 1650 m. de desnivel. Punto de partida y llegada inéditos en todas las ascensiones realizadas al Tozal de Guara por los Javieres.
Degustamos unos refrescos que hemos dejado en el coche, apetecen porque todavía permanecen fríos y volvemos para Huesca.

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Tuca de Mulleres - 11 de septiembre

miércoles, septiembre 14, 2016 0 Comentarios




FOTOS de la ascensión.

PICO MULLERES - 3.010 M. - 11 SEPTIEMBRE 2016

5,10 H. Salida desde Salesianos, un poco mas tarde de lo previsto por el recorrido de recogida del bus. Acuden a despedirnos los jóvenes Javi y Alex, que no pueden acompañarnos por distintos motivos. Bajas de última hora reducen el grupo a 23 Javieres.
La mañana fresca pero sin ausencia de nubes anticipa el buen día que nos espera. Orión destaca en el oeste como augurio de la llegada del frio.
Parada en Siétamo para recoger a Cru y autovía hasta Barbastro, donde cogeremos la crta. hasta a Graus, donde nos desviaremos por la A-1605 que recorre el Valle de Isábena, pasando por el Monasterio de Obarra y Bonansa, hasta la N-260, aquí giraremos a la dcha para que,  en  tan apenas 1 km.,  nos acerque a la N-230, por donde circularemso los últimos 25 km. que nos llevan hasta la entrada del túnel viejo de Viella, donde nos deja Boyan, conductor del microbús de Autobuses Sierra de Guara. Son las 7,45 h.
Cargamos mochilas, nos abrigamos, y sin mas dilación, a las 7,53 h. ya estamos caminando por la senda que atraviesa una amplia val. El rio que forma los desagües del barranco de Molieres discurre paralelo a nuestra izda., un poco más abajo, junto con el barranco de Espitán, forman el Noguera-Ribagorza, frontera entre Aragón y Cataluña en buena parte de su recorrido. Superamos unos torrentes por unas pasarelas de madera, que por su buena conservación deducimos no están colocados de hace mucho tiempo, para adentrarnos, una vez superado el plan de la Espona, en una zona boscosa, primero pinos y después un hayedo nos acerca al "salto de molieres", bonita cascada que superamos en varias lazadas para situarnos en el llano del "plan de la rasa". Son las 8,20 h.
Este pequeño valle que forma el barranco hace presumir que la senda discurra por el mismo, junto al rio y su manto herboso, pero sigue desde la cascada un trazo ascendente por la parte dcha. marcada con hitos de madera. Superamos un primer caos de bloques de granito y árboles caidos que nos acercan a un pequeño torrente que recoge aguas de la sierra Pletanaua y que inunda por momentos la senda. Atravesado éste desaparece definitivamente la zona arbórea. Desde aquí la senda discurre por zona de pastos, siempre a la izda del barranco, unas veces en diagonal y otras en lazadas que sirven para avanzar en altura con menos dificultad. Un nuevo salto donde el agua se precipita dando lugar a otra bonita cascada nos detiene, debemos superarla pegados a ella y ayudanos por las manos por su verticalidad.
Una vez superada nos encontramos de nuevo con bloques de granito que ralentizan la marcha, afortunadamente son consistentes y están lo suficientemente encajados de forma natural para no generar inseguridad en la pisada. En diez minutos lo hemos atravesado todos. Nuevamente nos encontramos con una zona herbosa que hace más llevadero el ascenso, así, alternando con una zona de cantos rodados, nos aproximamos a otra dificuiltad rocosa que nos obliga a esforzarnos y volver a utilizar las manos, las nuestras y las de los demás.
Mientras vamos subiendo es imposible dejar de mirar, volver la cabeza sobre nuestros pasos nos va proporcionando una vista espectacular del valle, cada vez más envolvente a medida que vamos ganando en altura. A nuestra izda cada vez vemos más cercanas las tucas y cimas que encajonan el barranco,  Tuca el Santet, Tozal de la fontana de Viella,  Pico de la Tallada y la Tuca y Pico Feixant (2954 m), y a nuestra dcha., en lo alto de la ladera por donde discurre la senda, la Tuca Garbosa y su Sierra.
Recuperada la senda, ésta continúa en repetidas  lazadas que van evitando poco a poco  promontorios rocosos. Alguna parada para tomar aire es inevitable. Un primer grupo, con Cru, Rául y Lolo, y los más fuertes han tomado una ligera ventaja al resto, se adelantan para buscar el mejor lugar para almorzar. El resto seguimos a otro ritmo, unos por la dificultad y otros por acompañar, animar y prestar ayuda en los tramos con más verticalidad. El madrugón y el sofocón hacen que a más de uno se le manifiesten los duendes del estómago. Tenemos un pequeño respiro poco antes de llegar al primer ibón, la pendiente se suaviza y nos ayuda a tomar con más aire los últimos metros antes de la parada obligatoria.
Son las 10,25 h. Excelente el punto elegido para recuperar fuerzas. Un pequeño promontorio de piedra justo antes del ibón, a los pies del refugio, nos sirva a todos como posadera. Desde aquí se divisa perfectamente nuestro objetivo, flanqueado por la Tuca de la Feixa y el Cap de Toro, y el collado por donde pasaremos a la cara sur. Siguen sorprendiendo las vistas por todos los lados, destacando  a nuestras espaldas, al fondo del valle,  detrás de nuestro punto de partida, las cumbres de Aiguestortes y los picos del sector Comaloforno con sus tres miles. No hemos superado el tiempo que indicaba la señal de partida hasta este punto, 2,30 h. de recorrido.
A las 11 h. retomamos la marcha bordeando el ibón por la dcha. Un primer trazo suave da paso casi de inmediato a una zona pedregosa con fuertes y grandes bloques de granito, alternando con cantos sueltos, por donde se abre camino la senda en suave diagonal. Siempre  paralela   al segundo  y  tercer ibón, éste último de forma ovalada  es  el más grande de todos, se convierte, una vez superados estos en una desafiante traza que con continuos zig-zag nos hacen esforzarnos para superar una fuerte pendiente. El color de las mejillas y los suspiros delatan el cansancio de unos, aprovechando otros las paradas necesarias para realizar fotos del paisaje que vamos dejando atrás y lo que nos espera delante.
Media hora nos cuesta, al pelotón de cola, superar esta exigente dificultad que nos deja en otra no mucho mejor, con elevada pendiente y cantos sueltos de piedra blanca que nos obligan a asegurar los pasos. Tan suelta está que en algunos momentos nos desliza hacia atrás como si estuviésemos subiendo por una pedrera, prestando también atención a no precipitar ninguna piedra.
En un momento de la ascensión debemos de acarrear alguna mochila para aliviarles el peso. También las pastillas de glucosa de Carlos hacen milagros. Las diferencias en este último tramo se han hecho amplias entre la cabeza del grupo y los  últimos, los distintos ritmos marcan diferencias. Son las 13 h. cuando hacen cima los primeros. Cru retrocede y toma posición en el "collado de mulleres" para ayudar e indicar los apoyos al resto y poder superarlo con mayor seguridad debido a su verticalidad y vertiginosidad.
Son las 13.30 h. cuando todos hemos superado esta exigente dificultad que nos permite disfrutar de las imágenes que la cara sur nos descubre, El Rey Aneto, las Madaletas y sus glaciares, que se confunden con las moles de piedra blanca erosionada que han aflorado con el deshielo exagerado de las últimas décadas. Desde aquí un último esfuerzo nos queda  para superar los 100 m. de desnivel que nos separan de la cima. Tramo que realizamos cresteando por la cara sur, sin sensaciones aéreas, pero superando piedras sueltas que casi de repente nos sitúan en la cima. Un mojón alto y un punto geodésico nos dan la bienvenida al MULLERES.
ENHORABUENA  a los novatos; Para Sandra, Merche. Ana y Jorge es su primer 3.000, y nuestra felicitación especial para Susana y Eloy por el gran esfuerzo realizado.
La ausencia de niebla, que hemos visto cubría la cima en muchos momentos de la ascensión, y la presencia casi constante del  sol hacen nuestra estancia muy agradable, disfrutamos de las sensaciones que se siente en cualquier tres mil, haciéndonos olvidar enseguida  los malos ratos pasados y devolviéndonos la fortaleza y las ganas para poder afrontar el siguiente. Las crestas que envuelven el barranco, desde aquí parecen pequeñas y accesibles al observarlas por "encima del hombro", en cambio el Aneto, que no se deja ver por retener a la niebla en lo más alto, todavía nos parece, aún oculto a nuestra mirada,  lo que es, el Rey .
Después de dar cuenta de las viandas, uno más que otros, darle unos apretones a las botas de vino y realizar un sinfín de fotos, además de la de grupo, levantamos el campamento para realizar el descenso que se prevé duro para las rodillas por la cantidad de tramos con bloques de piedra y cantos rodados sueltos que hemos superado en la ascensión.
14,30 h. A esta hora las últimas unidades que cierran el  grupo estamos superando el collado. Si en la subida hemos sido prudentes ahora en el descenso se requiere el máximo de atención y concentración para no resbalar o tropezar. Los más avanzados, capitaneados por Cru, nos esperan unos metros más abajo, en la primera zona de bloques de granito, para ir adelantando al ceremonia del bautismo por su primer tres mil a los novatos. La nieve necesaria la ha recogido Oscar en el nevero existente en el Cap de Toro.
La dificultad del descenso y la diferencia de fuerzas hacen desde la reanudación que el grupo se disperse. Las rodillas van acusando el fuerte descenso y el esfuerzo de la subida, no obstante nos reagrupamos en el mismo punto del almuerzo, junto al primer ibón. Hasta que llegamos los últimos algunos han aprovechado para refrescase los píes en las frías aguas. Unos minutos de descanso que aprovechamos para comer algo y degustar las últimas existencias de café, galletas y chocolate. Continuamos  la marcha después de una última foto de grupo, debemos de hacerlo rápido si queremos llegar a la hora prevista al bus (18,30 h.). para poder llegar a Huesca antes de las 21 h. Tarea complicada porque son las 4,10 h., subir nos ha costado 2,30 h. y el retorno se augura será lento en general.
Nuevamente el grupo se alarga, la diferencia de ritmo de bajada es muy diferente y origina que vayamos dispersos formando varios subgrupos. Por delante los jóvenes con Cru se adelantan, deben buscar una zona de cobertura y poder avisar a Boyan, conductor del microbús, del punto de nuestra llegada, le habíamos dejado entrever que según como fuese el grupo era factible poder cambiar el punto de retorno, pensábamos poder llegar a la cara norte del túnel de Viella. Hace rato que hemos descartado esta posibilidad, volvemos al punto de partida.
Cerramos el grupo Eloy, Susana, Oscar y Antonio, un poco más avanzados caminan María, M. Dolores, M. Carmen Sandra y Ana, les preceden Andrés, Merche, Carlos y Miguel, y más adelante el resto. Ni el cansancio ni las ganas de llegar nos impiden prestar atención a las marmotas, impertérritas ante nuestra presencia, dejándose observar muy cerca de nosotros.
Cuando llegan los primeros al bus, aprox. a las 18 h., al resto todavía nos quedan varios kilómetros, unos van en ese momento por la cascada, otros la han superado ya, y los de cola todavía estamos superando la última pedrera. Las paradas para recuperar energía hacen imposible cumplir el horario previsto, pero lo importante es que vamos descendiendo sin complicaciones, chino chano. Las comunicaciones con los walkis son constantes para comunicar nuestras posiciones, Cru, Andrés y Antonio son los portadores de los 3 equipos.
Cuando llegamos Susana, Oscar y servidor al bus, todos están en sus asientos, antes han disfrutado de los refrescos que hemos dejado en el maletero, nosotros lo haremos una vez el vehículo esté en marcha. La botella de cava que ha traido Merche para celebrar su 3000 la dejamos para otra ocasión, que no mejor. El tiempo apremia y hay que partir de inmediato para intentar llegar lo antes posible. Son las 19,15 h. cuando abandonamos el lugar de partida-llegada. El retorno se realiza por el mismo sitio. Después de dejar a Cru en Siétamo, la entrada en Huesca la hacemos a las 21,30 h.
ENHORABUENA, debemos  felicitarnos todos por haber alcanzado los 23 el objetivo. Chapó a "las mulleres",  mi reconocimiento a Susana y Eloy por el sobreesfuerzo realizado y también a los que de una manera u otra habéis echado una mano ayudando a los demás, somos geniales.

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Aneto - 7 de septiembre

jueves, septiembre 08, 2016 0 Comentarios

ANETO - 7 DE SEPTIEMBRE DE 2016. ANDRÉS y ANTONIO





FOTOS de la JORNADA.

A las 6,30 h. estábamos en Benasque para poder coger el bus que nos acercase a La Besurta. En estas fechas, concretamente hasta el día 11 de este mes, es el único medio móvil para poder acceder, salvo que quieras ir a pie desde los Llanos de Hospital. Como no partía hasta las 7,30 h. aprovechamos para echar un bocado en uno de los pocos bares que abren pronto.
El ligero retraso en la salida y las paradas del trayecto hizo que iniciáramos el ascenso más tarde de lo previsto. A las 8,20 horas comenzábamos la marcha. La mañana fresca nos obliga a abrigarnos, será momentáneamente porque el día se presume caluroso. Iniciamos el paso suave, calentando, disfrutando del paisaje que nos ofrece uno de los más bonitos, a mi gusto, valles del Pirineo. Las vistas van cambiando a medida que vamos ganando altura y por los distintos puntos de observación que el camino zigzagueante nos va ofreciendo, también los rayos de sol, que poco a poco van superando las cimas, nos van ofreciendo una perspectiva diferente.
En apenas 25 minutos llegamos al refugio. No queremos entrar para no poder tiempo, pero tenemos que hacerlo porque no encontramos ningún cartel marcado que nos indique con seguridad la dirección correcta. Amablemente nos lo indican.
A las 8,45 h comenzamos la verdadera ascensión. Un pequeño prado inicial da paso a una senda con continuas lazadas que discurre inicialmente por terreno herboso, dividiéndose en varios trazados paralelos que pueden confundir pero que van convergiendo poco a poco. Este tramo inicial asciende por la izda paralelo al barranco de la Madaleta. Las marmotas, como no podía ser de otra manera, difícilmente se dejan ver pero advierten de nuestra presencia.
Después de pasar un pequeño torrente, donde se pierde la traza bien marcada, debemos seguir los distintos hitos de piedra existentes que nos van confirmando la dirección correcta y que nos acercarán a una zona rocosa de piedras sueltas que en varias ocasiones tenemos que superar con ayuda de las manos. Desde este punto, salvo en algún pequeño tramo menos vertical donde aprovechamos para tomar aire, la subida gana en inclinación. Ya hace rato que nos hemos bajado manguitos y recogido la capa de abrigo que llevábamos.
Los mojones no faltan, marcan caminos distintos, hacia los portillones o hacía el barranco, pueden generar confusión. Nos inclinamos por la que nos acerca al portillón, situándonos casi  por debajo de la cresta. Antes de llegar a un falso llano, donde hay ubicados unos pequeños vivac, nos tropezamos con un italiano madrugador que desciende con su perro, vuelve enfadado consigo mismo por no llevar crampones ni piolet y no haber podido culminar la ascensión. Nos alivia el pensar que hemos sido previsores habiendo alquilado sendos materiales. Aquí son las 9,40 h, buena hora para parar a echar un bocado y deleitarnos con las excelentes vistas que nos depara la sierra de la Madaleta con su glaciar hacía el sur-este, la amplitud del valle al fondo,  iluminado por el sol casi en su totalidad, por donde discurre el disminuido todavía cauce del Esera, y a nuestra dcha., al otro extremo del valle, el Salbaguardia y el paso del Portillón. Tiramos de mapa para poner nombre a las cimas que nos rodean. Todavía no vemos el Aneto, la cresta de los Portillones nos lo impide.
Estamos tan a gusto y el tiempo es tan agradable que cuando nos damos cuenta son las 10.30 h., hemos estado entre almuerzo y observaciones 50 minutos, más tiempo del previsto, no nos arrepentimos, ha valido la pena disfrutar de tanta belleza, además con toda seguridad que a la bajada no nos detendremos.
Al reanudar la marcha, unos hitos situados detrás del vivac nos despistan, los seguimos y nos elevan a la cresta. Otra marca descendía hacía el barranco, esta es la que deberíamos haber tomado para ascender después siguiendo el mismo hasta el paso del portillón superior. Pero como retroceder dice Cru que es de cobardes, seguimos por la cresta hasta el paso, nos sirve como entreno para el paso de "Mahoma". Después de varios destrepes llegamos al paso del collado a las 11 en punto. Es aquí donde tenemos ya a la vista  el Aneto y el glaciar, nos sorprende gratamente, seguramente uno de los mejores puntos de observación  del rey del pirineo. Observamos también a varios grupos que están atravesando el glaciar, unos de ida y otros volviendo, todos siguiendo la misma traza.
Realizamos un destrepe para descender el collado, siguiendo el ascenso por una senda que sigue la ladera de las Madaletas, buscando el collado maldito. Distintos hitos marcan varias rutas, decidimos seguir nuestra intuición y continuar en diagonal hacia el acceso a la traza del glaciar. Tenemos que ir sorteando enormes bloques de granito hasta llegar a los pies del glaciar. Los mojones nos van indicando ascendemos correctamente, no obstante no hay confusión alguna porque se ve claramente nuestro objetivo.
Al llegar al glaciar tenemos que sortear varios torrentes del deshielo exagerado que se está produciendo por las altas temperaturas de los últimos días, el de hoy incluido. Ascendemos unos cientos de metros casi en paralelo al glaciar hasta llegar al punto donde tenemos que iniciar el paso del mismo. Estamos en la vertical del Pico del Medio, ligeramente al oeste del collado coronas, a 3100 m. de altitud. Calculamos que desde donde estamos a la parte más alta del glaciar, escasamente habrá 200 metros.
El hielo del glaciar tiene el color tintado marrón de la tierra, el agua baja turbia. Son las 12.10 h. cuando después de colocarnos crampones comenzamos la travesía. El hielo en bastantes puntos de nuestro recorrido parece granizado, tenemos que evitar también las canaleras con agua del deshielo que se forman en la parte superior del glaciar. Menos mal que llevamos botas de goretex. La senda discurre en diagonal hasta aprox. 100 m. del collado coronas, girando a la izda casi en horizontal para cruzar una zona rocosa de aprox. 50 m.  que  una vez superada nos sitúa de nuevo en el glaciar justo debajo de Punta Oliveras. Desde aquí el último tramo del glaciar lo ascendemos casi en vertical por una fuerte pendiente con el hielo bastante degradado por el agua, hay que prestar atención para buscar puntos donde agarren bien los crampones. Una ligera lazada a derecha e izda en la parte final nos acerca a la única zona donde pisamos nieve, ya en los últimos metros del glaciar, aquí nos cruzamos con unos montañeros que descienden con un perro con gestos de asustado.  Estamos justo debajo de nuestro objetivo, a 3250 m. Han sido 40 minutos el tiempo invertido para superar el glaciar.
Recogemos crampones y piolet, y después de utilizar las manos para superar una pequeña pared rocosa sin dificultad, nos disponemos a afrontar los últimos metros de  ascensión. Nos cruzamos en los primeros metros con un grupo de aprox. 15 personas, y con varias parejas antes del paso de Mahoma.
Antes de iniciar el paso tan esperado aprovechamos para disfrutar de las vistas que nuestra posición y un día tan despejado nos proporcionan, así damos tiempo también a que tres montañeros franceses hagan el paso sin agobios, van encordados. Entiendo porqué el nombre de "paso de Mahoma". El primer obstáculo del paso a superar es una piedra en forma de mesa de aprox. 1 m2. que nos obliga a superarla en nuestro caso sentados, después, ya en posición vertical, el siguiente tramo no se hace complicado por los distintos puntos de apoyo para pies y manos que ayudan a afrontarlo con seguridad, eso sí concentrado y asegurando cada punto de agarre.
Objetivo cumplido, después de 10 minutos de vértigo, a las 13.25 h. hacemos cima. La sensación de satisfacción por haber coronado al Rey del Pirineo es indescriptible. Pensar que desde el Sur de España (Mulhacén) y hasta los Alpes todo está a tus pies es inimaginable. Observamos con atención e intentamos poner nombre a las cimas que sobresalen en el horizonte, por los cuatro costados hay montañas que destacan unas sobre otras. Impresionantes las más cercanas que nos rodean,  los tres miles que forman junto con Aneto los Montes Malditos (Gran de Llosas, Cabo Barrancs, Russell, Tuca d'el medio, Pico Maldito, Las Madaletas y Tuca d' Alba), Salbaguardia y Tuca de la Mina con el paso a Francia en medio de los dos del  Portillón, Pico Mulleres, Cap de Toro y Tuca Salenques. Y a nuestros pies, bajando la vista, los casi desaparecidos glaciares de Barrancs, Tempestades y Corones, y en parte inferior sus ibones, corones y barrancs, y como no el Foro de Aiguallut. Tarea difícil y complicada poder plasmar sin omitir ninguno todos los puntos que nos llaman la atención.
Aprovechamos la presencia en la cima de los 3 franceses, con quien nos entendemos perfectamente, para que nos hagan fotos juntos. Estaríamos mucho tiempo, la temperatura no inferior a los 15º y la ausencia de aire invitan a ello, pero son las 13.40 h. y consideramos que es hora de descender por ver si es posible coger el bus de las 17 h. en la Besurta.
Los franceses se nos han anticipado y han iniciado el descenso, están en el paso de mahoma de nuevo, les pedimos nos dejen pasar, a lo que acceden. Siguen encordados y nos habrían hecho perder tiempo. El paso de vuelta, en descenso, parece menos complicado. Recogemos las mochilas que hemos dejado aparcadas antes del paso y enseguida estamos de nuevo colocándonos los crampones. Intentamos variar la ruta del primer tramo de retorno  del glaciar por evitar la zona de hielo con excesiva agua, pero desistimos porque tendríamos que descender por una tramo largo de piedras. Volvemos por el mismo sitio, prestando si cabe un poco más de atención y asegurando mucho más los pasos en evitación de resbalones por el poco agarre de los crampones en una zona con hielo desecho y con bastante agua.
Son las 14.50 h. cuando hemos terminado el paso y volvemos a recoger definitivamente los crampones. Coincidimos en este punto con cuatro personas, dos se tienen que volver abortando la ascensión por no llevar material adecuado. En el descenso, ya más tranquilos, vamos observando con atención las moles de granito, erosionadas y pulidas por el paso del tiempo por el hielo. Las correntías del deshielo forman badinas singulares que invitan a un remojón. Volvemos a sortear los bloques de granito realizando en algún caso malabarismo para superarlos. En el descenso más que guiarnos por los mojones seguimos nuestro instinto orientados por las agujas del paso del Portillón, que nos van marcando el trayecto.
Adelantamos antes de afrontar el paso a los dos montañeros que se han vuelto desde el inicio del glaciar y a una pareja que descienden más despacio. Superado el collado, y después de compartir Andrés su agua con uno de los montañeros, continuamos el descenso por la barranquera seca que forma el paso del portillón superior y que discurre más vertical que la ruta que hemos tomado en la subida, evitando las crestas de los portillones. Pisamos un poco de nieve en una zona sombría del barranco en el tramo inicial. Los mojones dispersos, al igual que en la subida, nos hacen perder tiempo en la elección del camino más directo. Descendemos, aún así, bastante rápido, sin paradas, salvo las necesarias para buscar los hitos que nos confirmen vamos por la traza correcta.
A las 16,45 h. tenemos a la vista La Renclusa y a las 17 h. estamos tomando unas cervezas en el refugio, caras pero precisas, a 3 € la lata. Nos han faltado 15 minutos para poder llegar en hora a la Besurta. Como el siguiente bus parte a las 19 h decidimos echar un bocado sentados tranquilamente en la puerta del refugio, tenemos tiempo de sobra. Compartimos la comida con media docena de gatos que nos rodean.
En la Besurta, punto de partida, estamos a las 18,15 h., aprovechamos la espera para volver a refrescarnos nuevamente con un par de cervezas, esta vez a 1.50 h. A las 18.30 h. nos subimos al bus que nos acerca a los Llanos, donde esperaremos hasta las 19 h. para iniciar el retorno a Benasque. En este  trayecto  nos sorprenden la cantidad de marmotas que campan a sus anchas por el prado, sin inmutarse del paso del Bus, por cierto bien gordas. Ya en la capital del Valle, no nos entretenemos en la localidad, son cerca de las 20 h. y hay que volver a casa.
Jornada excelente.

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Peña Telera, 20 de agosoto de 2016

jueves, septiembre 01, 2016 0 Comentarios



FOTOS de la JORNADA

M.Dolores, M.Jesús, Enrique, Jose Antonio, Carlos Monclús, Carlos Abadía, Toni, Tino y su yerno Jesús, Cruchaga y Antonio.

Nuevo madrugón para poder realizar la jornada tranquilos y sin sobresaltos debido a la dureza prevista de la ascensión. Quedada a las 5,30 h. en Salesianos, como de costumbre, para poder salir del parking de Lacuniacha a las 7 h., como así fue. Se nos unen a los 9 Javieres Tino y su yerno Jesús, que veranean en Tramacastilla.
Caen unas pocas gotas en la llegada, nos acompañarán en los primeros metros del camino, son el final de un primer frente tormentoso que se aleja hacia el norte, tal como presumíamos, pero bastante menos de lo previsto. Todos vamos bien pertrechados con chubasqueros y paraguas que no hacen falta utilizarlos.
Empezamos a caminar por la pista que es continuación de la crta. que nos ha aproximado a Lacuniacha, cruzamos la barrera y seguimos por ella. Después de varias lazadas nos desviamos a la dcha. tomando una senda marcada que nos evitará los continuos giros del camino. La seguiremos, sin dejarla, hasta el Ibón de Piedrafita. La senda discurre por una zona arbolada con algún claro de pastos y abundantes cardos. Un bulto, que no logramos identificar al principio, nos llama la atención, descubriendo al acercarnos se trata de una pobre vaca muerta de la que han dado buena cuenta los carroñeros, dejando cubierto solo los huesos con su piel. El último tramo, antes de llegar al ibón, después de atravesar la pista, discurre paralela al arroyo que se alimenta con aguas del ibón y del barranco Cuasta.
Tres minutos antes de las 8 h. estamos disfrutando de las bellas imágenes que proporciona el ibón con Peña Blanca, Peña Parda en un segundo plano y las faldas de Peña Telera, cubierta su cima por las nubes. A nuestra izda van apareciendo los primeros rayos de sol que las nubes dejan escapar, formando contraluces que nos sorprenden por su belleza, iluminando también un rebaño de ovejas que permanecen estabuladas en lo alto del pequeño collado a la espera del pastor.
Dejamos el ibón, después de una buena colección de fotos, a nuestra izda., bordeándolo para comenzar la verdadera ascensión. Hasta ahora ha sido un paseo agradable sin apenas dificultad. Los hitos nos aproximan a una pedrera que ascenderemos en continuo zig-zag para sortear un primer muro de piedra a nuestra derecha. Al final de este tramo tenemos que realizar un pequeño destrepe, sin dificultad alguna, continuando la senda a nuestra dcha y acercarnos a un tramo de pastos por donde continua, siempre bien marcada, superando así otro muro de peña blanca. Después de superar un pequeño paredón con gradas fáciles, la senda gira bruscamente a la izda, buscando una pequeña fuente, la única que encontraremos en la ascensión. Llegados a este punto nuevamente gira a la dcha (oeste) por un terreno herboso que nos acerca hasta la pedrera, abrupta y exagerada, del canal de cobacherizas.
Tramo duro con  constantes lazadas que  procuramos ir subiendo lo más rápido que la verticalidad y las piernas nos dejan para intentar evitar , desde la cueva existente a nuestra izda., casi al final de la canal, el segundo frente tormentoso que la aplicación del móvil nos anuncia. El grupo se dispersa, cada uno sube a su ritmo. Cerrándolo vamos M.Dolores. M. Jesús y servidor, en un tramo intermedio observamos a Enrique, ligeramente retrasado, y el resto, más o menos unido, nos llevan unos diez minutos de ventaja.



A las 9,45 h. estamos todos en la cueva. El paso de la tormenta es inminente, decidimos almorzar y reponer fuerzas para recuperarnos del esfuerzo. A las 10,10 los truenos y relámpagos parece que rompen a nuestro lado, empieza a llover. Hemos tenido suerte. Baja la temperatura deprisa, tenemos que abrigarnos bien. Afortunadamente pasa rápido y enseguida vuelve la calma, no hemos perdido mucho tiempo. La tormenta ha dejado restos de nubes y nieblas que ascienden rápidamente desde el fondo del valle cambiando constantemente las vistas.
 
Son las 10,35 cuando reanudamos la marcha afrontando el último tramo de la canal. Hay que tomar un poco más de cuidado porque además de la pendiente ha quedado  el terreno resbaladizo después de la lluvia y las piedras sueltas son abundantes. Quince minutos más tarde y llegamos al collado. Aquí nos tomamos un ligero respiro para descansar y poder observar las vistas de la cara sur de las peñas, con el barranco del puerto a nuestros pies, donde pastas unos cientos de ovejas. Hay que estar frescos y relajados para afrontar el tramo más peligroso de la subida, el paso "vertiginoso" por debajo de Peña Parda. Hay que ir concentrado y con los cinco sentidos, una caída sería fatal e irreversible.
 

A las 11,15 h., una vez superada la dificultad anterior, nos encontramos todos en la chimena que forman Peña Parda y las faldas de Peña Telera. Superado este tramo, que nos obliga a utilizar las manos en un par de puntos, llegamos a un pequeño circo que forman ambas cimas. Era previsible que todavía pudiese haber restos de nieve en el acceso a la chimenea, zona muy poco soleada, por este motivo Cru portaba una cuerda por si hubiese sido necesario utilizarla para realizar el paso con seguridad. Por suerte solo había un pequeño cúmulo que no cubria el sendero.  Aquí estamos a 2350 m., los aprox. 400 metros que nos faltan, ahora sí, los ascenderemos por las faldas de nuestro objetivo

 

La pendiente desde aquí, continua siendo muy pronunciada, continuas lazadas alivian un poco la verticalidad del ascenso. La senda se encierra, cuando faltan tan apenas 200 ms., en una pequeña canal que tenemos que superar en algún tramo con ayuda de las manos, pero sin más riesgo que el que ofrece la inclinación de la subida.
 
Superada esta última dificultad rocosa, un manto herboso cubre los últimos metros de ascenso, descendiendo también notablemente su verticalidad. La niebla no nos deja percibir la niebla en los últimos metros. Casi de repente nos encontramos con el último hito que da paso al poste geodésico y a la pileta de piedras que marca la cima. Son las 12,30 h. Objetivo cumplido.
Lástima que la niebla persistente no nos deje ver el entorno cercano, y menos disfrutar de las vistas que proporciona la situación de Peña Telera, ni tan siquiera se perciben las dos cimas más cercanas que la franquean, Peña Parda y Pico Capullo.

Después de las fotos individuales y la de grupo de rigor que nos permitirán recordar el éxito de nuestro objetivo, tan apenas diez minutos después comenzamos el descenso. Antes leemos la placa conmemorativa en recuerdo del fallecido en el Himalaya Oscar Pérez Javierre que los vecinos de Tramacastilla colocaron en su honor.
Volvemos por nuestros pasos, pero con intención de variar el recorrido desde el collado de cobacherizas, volviendo bordeando Peña Blanca por el camino del burro. En las faldas de Peña Telera nos cruzamos con un grupo de montañeros que acometen los últimos metros de ascenso. En el paso complicado de Peña Parda nos sorprende una caída de piedras, provocada seguramente por las cabras que se oyen en la cima;  llegan cerca de   nuestra posición, una de ellas, afortunadamente pequeña de tamaño, me da en el brazo. Pasamos rápido para evitar nuevos desprendimientos pero sin descuidar la atención y concentración que la senda requiere.
De nuevo en el collado tomamos aire, repartimos chocolatinas y el agua, ausente esta desde la fuente situada antes de la canal. No la volveremos a encontrar hasta bien avanzado el descenso. Son las 14 h. cuando  comenzamos a bordear a Peña Blanca por el sur. La inexistencia de traza y su verticalidad, además de la existencia de tramos con piedra suelta sin pisar, nos hacer tomar precauciones asegurando bien los pasos. Al fondo del barranco (barranco del Puerto), donde todavía permanecen las ovejas, observamos una pareja de marmotas que anuncian nuestra presencia con su chillido característico. Superada una  barranquera, en un pequeño collado y antes de iniciar el descenso para afrontar después una subida de aprox 100 m. de desnivel que nos situaría en la vertiente norte y al este de Peña Blanca, decidimos en consenso abortar nuestra intención de realizar la circular. Son las 14,30 h. e intuimos la complicación que supondría continuar por un terreno sin pisar y descender por una pedrera al otro lado que presumimos con mucha piedra suelta. Decisión acertada, sin ninguna duda.
A las 15,15 h. estamos de nuevo en el collado. Iniciamos el descenso por la Canal de Cobachirizas prestando más atención si cabe a las piedras sueltas, aún así es inevitable que una piedra del tamaño de un pan de dos kg se desprenda y ruede casi hasta los pies del grupo más avanzado. Los culetazos y resbalones se repiten en este tramo.
Superada la canal realizamos una parada en la fuente que hemos encontrado en la ascensión, esta vez es parada obligada para reponer líquidos. Comparto con Toni una cerveza que todavía permanece fresca pese al tiempo que lleva en la mochila. Tino y Jesús no se detienen, siguen para encontrarse con Isabel y los niños que nos esperan en el Ibón para comer con nosotros. Se han acercado desde tramacastilla aprovechando el buen día que ha quedado después de las tormentas de la mañana.
Sobrepasamos el Ibón, a estas horas con bastante gente que ha subido a disfrutar del entorno, y buscamos un lugar 100 metros  más abajo junto al torrente que nos permita remojar los pies y tumbarnos en el cesped. Son las 16,15 h cuando empezamos a comer. Media hora después, tiempo suficiente que alguno ha aprovechado para echar una cabezada, retomamos la marcha de vuelta.
Después de un pequeño despiste que nos hubiese llevado a Tramacastilla por una senda equivocada, a las 17,35 h. llegamos al parking. Felicitaciones y enhorabuenas. Otra cima a la buchera.
 

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