12 Retos, 12 Cimas: Caballera. Crónica y Fotos
SIERRA CABALLERA . 5-7-2020.
La salida inicialmente para el 22 de marzo, después de la Javierada, fue el primer reto suspendido por el confinamiento producido por la pandemia COVID 19.
Es la primera salida organizada del club después de la desescalada. Con todas las precauciones que exigen las autoridades en cuanto a la salida de grupos para actividades al aire libre, reprogramamos el RETO para el Domingo día 5-7-2020. Se avisa a todos los asistentes de las normas de obligaciones cumplimiento y se les hace llegar todas las recomendaciones de las autoridades, insistiendoles en el uso obligado de la mascarilla para cuando sea imposible mantener la distancia.
Los participantes se reúnen en el punto de encuentro, parking del Palacio de Deportes a las 7 h.. Previamente se les había informado de la distribución de vehículos y, antes de partir, Antonio, que no puede acompañarnos por asuntos familiares, insiste a los presentes en las normas COVID 19 y en las precauciones a tomar, tanto en esta como en las posteriores salidas que se realicen.
A Bentué de Rasal se han acercado directamente seis personas más que junto con el Grupo que llega de Huesca toman la salida a las 7,55 h., 28 socios en total.
El día soleado y despejado, anticipa mucho calor a lo largo de la jornada, pero la mañana es fresca, ideal para comenzar a caminar, máxime cuando a poco más de 1 km. se comenzará la ascensión.
Salimos hacia el oeste, por el camino que sale junto a la iglesia, la bordea por detrás descendiendo suavemente hacia el cauce del río Garona, que cruzamos por un puente en dirección a la Sierra. Los prados con la primavera todavía en su máxima expresión, conservan su floración intacta, multitud de lavanda y hiperico o flor de San Juan (muy apreciada por sus propiedades), colman los campos de pastos y planas. El olor a tomillo prácticamente nos acompañará en todo el recorrido.
Dejamos la pista justamente donde termina, en un punto que los cazadores utilizan como cebadero de jabalíes. La senda que tomamos a la derecha se adentra desde el principio en un bosque de pinos, proporcionando una más que deseada sombra que no dejaremos hasta casi el collado de la divisoria de vertientes, vencida ya la parte más dura de la ascensión (1370m.).
La traza discurre paralela al barranco de la Foz de Portiella , con una pendiente cómoda en general salvo en pequeños tramos que obligan a tomar los palos de apoyo. El recorrido está suficientemente limpio como para disfrutar de la ascensión sin obstáculos, agradecimiento que tenemos que hacer llegar a Andrés y Antonio por el trabajo de limpieza realizado tiempo atrás.
Desde el collado, seguimos hacia el este por pista flanqueada por un repoblado pinar en busca del cresterio de la sierra que alcanzaremos después de unas lazadas. Erizones en flor son testigos de nuestro paso. Las vistas que se obtienen mientras caminamos por la cordada, ancha y cómoda, son únicas, tanto por la cara norte ( Valle de Garona, Sierra de Bones y Pirineo con sus antesalas) como por la sur (Hoya de Huesca en su totalidad y el Moncayo).
Aprovechamos la llegada a la cima, punto más alto del recorrido (1.565 m.) para almorzar y reponer fuerzas. Ya hemos superado 820 m. de los 860 m. de desnivel positivo acumulado de todo el recorrido.
La reanudación la hacemos siguiendo hacia el este por la pista, un ligero descenso para de inmediato volver a recuperar lo perdido en el punto geodésico de Naviella (1517 m.). Desde aquí comienza el descenso. Abandonamos la pista por un atajo pronunciado que evita una larga lazada del camino, ganamos metros pero la pedrera inestable nos obliga a prestar más atención.
Dejamos a nuestra izda una cabaña refugio de cazadores y a continuación llegamos enseguida al pozo de hielo, parada obligada para observar su buen estado de conservación.
Retomamos el descenso girando 90º en nuestro recorrido, dirección norte por el antiguo trazado del GR 1 que discurre paralelo por el barranco de Cuna.
El sol ya caliente, superamos los 30º, menos mal que el suave descenso hasta el cruce del barranco lo realizamos entre medias sombras. Una surgencia alimenta el barranco al principio del descenso, pero éste se distancia de la senda adquiriendo poco a poco más profundidad, siendo imposible acercarse a llenar cantimploras y botellines. Oímos el sonido del agua en los pequeños saltos que producen los desniveles.
Al cruzar el barranco el agua ha desaparecido por debajo del cauce pedregoso, rara vez en este punto, salvo en época invernal o con lluvias recientes o abundantes, encuentras el preciado líquido.
Los cerca de dos kilómetros que nos separan de Bentué se hacen largos por la temperatura, menos mal que a la llegada (14 h. aproximadamente) contamos con la garantía de una buena fuente para asearnos y refrescarnos.
Recorrido cercano, no muy visitado, que ofrece unas vistas excelentes a las dos caras desde lo alto de la Sierra que todo montañero preciado debería conocer.
Agradecer las cervezas y refrescos que nuestro Pdte, Javier Cruchaga, nos ofrece en su casa en la localidad de Bentué de Rasal, y lamentar también la caída de Ángel Mur que le va a tener en el dique seco unos días, rotura limpia de muñeca.
Reto cumplido: 15,10 km. + 864 m. de desnivel positivo acumulado.
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