Crestas de Bachimala
BACHIMALA y los 9 tresmiles. Circular desde refugio de Tabernés. 21.08.2019.
Ha sido, tanto de Andrés como mío, uno de nuestros objetivos para esta temporada, había quedado pendiente otros años por anteponer otros retos y/o por falta de agenda. Lástima que en el último momento Andrés, por motivos profesionales, no pueda acompañarnos a Lolo, Rubén y Tony, que se han apuntado a esta aventura sin titubeos.
A priori ya avanzo que el recorrido por las crestas de estos picos no es apto para todo el mundo, hay que tener buena preparación física y además tener la cabeza despejada para asumir el paso constante por zonas aéreas y pasos de trepadas y destrepes de II+.
Madrugamos con idea de comenzar a caminar pronto y poder contar con tiempo por si se nos echaba la noche en el descenso. A las 5 h. quedamos en el parking de Carrefour, antes había recogido a Lolo. Salimos con 15' de retraso porque Tony tiene que volver a por el casco, pieza que consideramos imprescindible para protegernos de la numerosa piedra suelta que nos encontraremos.
7,40h. Aparcamos en el refugio. Siete minutos después comenzamos a caminar. Los 7° nos obliga a abrigarnos un poco. Antes de partir intercambiamos conversación con dos vascos de Vitoria que han pernoctado en el refugio, quieren subir al Bachimala directamente, les participamos nuestras intenciones. Arrancan unos minutos antes.
Mañana fresca pero muy apropiada para comenzar la caminata. Lo hacemos por terreno conocido, cruzamos el río Cinqueta por el puente, abriendo y cerrando la verja que impide el paso del ganado, seguimos ascendiendo paralelos al cauce del mismo, aumentado por la fuerte tormenta del día anterior.
Prados, río, barrancos (culrueba y madera) y pinos nos ofrecen unas bonitas panorámicas que no dejamos de fotografiar. Por Sendos puentes de madera cruzamos los barrancos citados y otro situado en el Vado de Bachimala lo utilizamos para cruzar de nuevo el Cinqueta, justo donde hay instalado un pluviómetro y donde se toma el desvío para subir directamente al Bachimala evitando las crestas.
Nos percatamos que los montañeros vascos han cambiado su inicial intención y siguen la senda por delante camino del puerto de La Pez.
La senda zigzaguea al término del vado para superar unas pronunciadas Gorgas. La empinada pendiente me mueve el cuerpo, tengo que realizar una urgente e imprescindible parada.
Superado este desnivel llegamos a las Planas de Baliber. Una cabaña a la otra orilla del río serviría de refugio en caso de tormentas. Nuevos barrancos a ambos lados, pero nos sorprende a ntra dcha. por su cascada el "barranco del Ibón de Bachimala", ahora oculto en lo alto pero que tendremos bajo nuestros pies en cuanto alcanzamos las crestas.
Un falso llano nos acerca al pequeño circo al que llegamos después de superar en diagonal la ladera de Los Fixos, terreno que alterna piedra suelta con superficie herbosa, y tras un último tramo de repetidas lazadas verticales llegar al grau del puerto de La Pez.
2465 m. 9,47 h. Puerto de la Pez, una placa indica que estamos en uno de los caminos de Santiago que viene de Francia. Nos encontramos a los Vitorianos, Gonzalo y Mikel, nos esperan almorzando y nos piden si pueden acompañarnos, han cambiado de planes sabiendo nuestras intenciones. Son buena gente, llevan nuestro ritmo, aceptamos sin contemplaciones, además son montañeros con mucha experiencia, conocen el Pirineo mejor que nosotros.
Díez minutos son suficientes para tomar aire. El día sigue acompañando, una ligera calima disminuye la intensidad de los rayos de sol.
Continuamos desviándonos a la derecha de la cresta fronteriza, buscando después de ascender por la ladera herbosa el canchal de piedra suelta que nos sitúe en el collado que separa los picos de La Pez, a nuestra derecha, y el del Puerto, primero de nuestros objetivos, a la izda. La ascensión hasta este punto lo hacemos por la vía directa, intentando buscar los tramos de roca y evitando las zonas de piedra suelta, hay que utilizar las manos. A mitad de ascensión cuatro corzos descienden al galope por el canchal de piedra suelta huyendo de nuestra presencia, previamente habíamos observado el perfil de un ejemplar en lo alto de la cresta.
11,42h. Pico del Puerto. 3022 m. Las vistas desde este pico ferroso nos sorprenden, pensamos, aunque reconozcamos después habernos equivocado, son insuperables,... Las tendremos mejores más adelante. Atisbamos, en nuestro punto divisoria de fronteras, interminables puntos de interés, además de toda la cresta a recorrer, incluido el vigilante Bachimala, los ibones, tanto en la parte española como francesa, la estación de Sky de Bagnères de Luchón, Perdiguero, Aneto y Maladeta.
Encontrar los mojones se hace tarea complicada a veces, hay que prestar atención. En algún momento tenemos que rectificar y volver sobre nuestros pasos para encontrar el paso correcto. Aún así el recorrido es precioso, me recuerda, paradójicamente, el descenso de barrancos cuando tienes que esquivar obstáculos. Hay que asegurar el paso y muchas veces apoyarte con las manos para más firmeza, hay mucha piedra suelta.
12,06h. Pico del Puerto de la Pez. 2998 m. Seguimos con terreno ferroso y disfrutando del recorrido.
A partir de aquí será roca granítica la que hoyemos hasta nuestro próximo 3000. El recorrido, tanto en el descenso como la ascensión después se hace más técnico. La cresta sigue orientada desde que hemos tomado la cresta hacía el noreste. Las emociones y la tensión controlada es inevitable en algún momento.
13,27 h. 3025 M. Pico de L' Abeille. Tan apenas doscientos metros separan estos dos últimos picos, para mí, sin lugar a dudas, uno de los tramos más emocionantes y que mejor sensación te causan.
El Posets se lleva nuestros mejores elogios desde aquí, ya no lo perderemos de vista en el resto de nuestro recorrido.
La cresta gira en ángulo recto hacia el sur, seguimos ahora directos al Bachimala.
La cima de este pico presenta lo que parece una una pequeña dolina de placas graníticas sueltas.
Emprendemos la marcha después de señalar y nombrar, mapa en mano, parte de los Picos que tenemos a nuestro alcance en el horizonte, elucubrando con algunas que tenemos dudas o tapan las cimas más altas.
De nuevo la piedra marrón rojiza alterna con el granito, mezclados.
La cresta se hace poco a poco más aérea, la precisión de nuestros pasos para apoyarlos en zona segura hace que a veces sea inevitable con dolor de corazón pisar margaritas, crecen aisladamente en los pocos palmos de tierra visibles.
El resto de picos van cayendo uno tras otro, en todos ellos realizamos una pequeña parada para inmortalizar el hecho. Nos cruzamos antes del siguiente, Pico Marcos Fillou, con una pareja de running, y después del Pequeño Bachimala con tres Montañeros, 2 hombres y una mujer, a los que saludamos.
14,50. 3096 M. Punta del Ibón. Llegamos los primeros Lolo y yo. Encontramos en el mojón que marca la cima una piedra pintada con la estelada catalana, mi cabreo es tan grande que la lanzo con la mayor fuerza que puedo a terreno francés. Será posible!!!!. Sin palabras.
Terminamos esta cresta con el paso más difícil después de coronar la Punta de Le Dormeur (3110m). La alternativa, para evitar el destrepe difícil y arriesgado que aconsejaría una cordada para evitar complicaciones, es bajar hacia el Ibón y subir por la chimenea para llegar al colladete que inicia la trepada al Gran Bachimala, pero decidimos tomar precauciones y unos por la izda y otros de frente deslizando el trasero lo afrontamos por la vía más rápida.
Aunque llevamos descargado el track la trazada en el mapa del programa no se ajusta mucho con la realidad, tras varios falsos intentos siguiendo la traza decidimos aplicar lo que nos dice el sentido común y afrontarlo buscando bordear el pico por la derecha, utilizamos una pequeña faja y varias trepadas (II+). Desde un poco más arriba del collado señalo a Tony la vía que creo es la correcta, espero a Rubén que exploraba otra posible alternativa por la izda. y me quedo el último del grupo. El casco sigue siendo fundamental para evitar caídas de la abundante piedra suelta.
16,13h. 3176 m. Gran BACHIMALA , también llamado Punta Schrader.
La satisfacción de todos es enorme, felicitaciones y enhorabuenas por conseguir este importante reto. Para mí y para el resto una de las cimas más exigentes por la vía de ascenso elegida.
Reponemos fuerzas descansando y comiendo algo, compartimos la empanada que lleva Lolo y la acompañamos con buenos apretones de bota. Tony y Gonzalo se echan un pitillo, realizamos las fotos correspondientes y decidimos, sin apenas debate, afrontar un último reto que inicialmente no estaba previsto, la cresta del Sable.
Son las 16,50h. cuando nos ponemos de nuevo en marcha. Comenzamos la nueva cresta afrontando el descenso de aproximadamente 40 M. desviándonos ligeramente a la derecha, la traza se intuye sin problemas. Después continuamos por la cresta la ascensión hasta el Sable. Una zona aérea de 3 metros, bastante estrecha, me recuerda al paso de Mahoma, me obliga a gatear un metro. Toda la cresta del Sable está compuesta por bloques graníticos y ferrosos y también lajas y placas descompuestas.
17,19 h. Punta del Sable. 3134 M. Otro momento de relajación para afrontar el duro descenso que nos espera. Quince minutos después nubes de evolución nos hacen mover, aunque no se presumen lluvias ni tormentas.
El descenso hasta el collado de la gatera es pronunciado, utilizamos pequeñas canales que nos obligan a apoyar el trasero y utilizar las manos, no ofrecen, no obstante, mayor dificultad que prestar atención al desprendimiento de piedras, inevitables. Hay bastantes agarres y apoyos para pies y manos. En el último tramo, cuando disminuye la pendiente, la piedra suelta produce algún resbalón.
Nos juntamos todos antes de comenzar el descenso de la pedrera. Aquí abandonamos la cresta y en vertical bajamos los 200 m. de desnivel que nos dejarán en la vía de ascensión normal al Gran Bachimala.
Junto a un gran mojón realizamos una última parada para quitarnos las piedras que se han introducido en las botas.
Seguimos por la traza de la senda hasta el paso de la gatera o señal de Viadós, aquí se bifurca, o al refugio de Viadós o a Tabernes por el pluviómetro. Tomamos esta última ruta que sigue el barranco de Bachimala. Las marmotas anuncian nuestra presencia, vemos varias antes de aproximarnos al barranco.
Tasca, piedra y superficie herbosa hasta el pequeño bosque, que en un zigzagueante y fuerte descenso nos deja, una vez superado, en el pluviómetro. Desde aquí deshacemos el camino de esta mañana. Impongo un buen ritmo hasta el coche que todos siguen, tenemos ganas de terminar.
20,08h. 17,90 km., +1999 m. desnivel acumulado. 8,09h. en movimiento.
Ahora sí que proceden, finalizada la maratoniana jornada, las merecidas felicitaciones. Recorrido que ninguno olvidaremos, muy bonito y exigente. Súper reto conseguido.
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