Ascensión a Cotiella
COTIELLA.
Mañana calurosa en Huesca, 24° a las 5,30h., esta es la hora que Andrés me recoge en la puerta de casa. Por diversas circunstancias hoy somos solo los dos lo que vamos a ascender a esta emblemática y denostada cima, y al mismo tiempo alabada por su singularidad, especialmente por geólogos.
Un café en Graus, en el Hotel Lérida, es casi parada obligada. Campo, Siresa y aquí desvío, 9 km. por una carretera estrecha hacia Barbaruéns. A la entrada de esta localidad tomamos una pista con buen firme aproximadamente durante 3,5 km. hasta un punto donde es complicado seguir con el coche, un escurrimiento profundo nos impide pasar sin dañar los bajos y nos obliga a echar marcha atrás unos metros para aparcar en un ensanche de la última curva.
15°. Temperatura ideal para caminar. Son las 7,50h cuando comenzamos la ascensión por una pista sombría, flanqueados por bojes, hayas, avellanos y sobretodo pinos. El firme con piedra suelta nos obliga a gestionar bien la pisada para no resbalar.
Aún no han trascurrido 1km. cuando converge ntra senda con el GR que sube de Barbaruéns. La pista ya es senda desde hace unos pocos metros. En su recorrido, antes de llegar al collado de Armeña, se aproxima provocativamente a miradores que proporcionan unas vistas espectaculares de los cortados y paredes del barranco de Bilsé.
Atravesamos un bosque de pinos que nos sitúa en un repecho casi vertical que una vez superado una tasca de flores y pastos nos marca la llegada a la Colladeta (1907 m). Son las 8,42h, llevamos recorridos 2,58km, desde aquí atisbamos el refugio de Armeña y el circo que forman sus crestas. .
Un rápido y corto descenso nos acerca al ibón, no le prestamos atención, caminamos por una traza unos metros por encima, aún así nos percatamos de los distintos grupos que han pernoctado al lado, varias tiendas de campaña están ancladas cerca de la orilla.
Continuamos hacia el refugio, nos sigue los pasos un guía que se dirige a Saravillo por la Basa la Mora, comenta que está de trabajo y que su intención es regresar con mulas, imaginamos que para realizar el transporte de las tiendas de campaña y resto de material de la acampada. Cruzamos por una zona con un centenar de pinos caídos, rotos y secos, acertaremos si decimos que han sido arrastrados por alguna avalancha, así de severa es a veces la naturaleza.
9.06h. 1857 m. altitud, Refugio de Armeña. Pequeño pero bien equipado, con literas, chimenea, leña, y teléfono de emergencia, un digno lugar, sin duda, para pasar alguna noche. Domina desde su ubicación el comienzo del barranco de Bilsé, que desciende pronunciadamente desde aquí formando los impresionantes cortados que hemos visto en la ascensión.
Aquí nos desviamos del GR, no sin antes admirar el colosal circo de Armeña, formado por crestas y picos de piedra caliza, atisbamos también a lo lejos la punta de nuestro objetivo, Cotiella.
Lo visto hasta ahora nos ha sorprendido gratamente, vegetación espesa, superficie herbosa, el Ibón, casi todo el recorrido a la sombra. A partir de aquí desaparecen pinos y la posibilidad de coger agua, comenzamos la dura ascensión.
Los distintos hitos marcan el trayecto, inicialmente por un canchal de piedra suelta que alterna momentáneamente por terreno herboso para volver casi de inmediato a un pedregal que nos obliga a prestar atención para evitar torceduras.
La senda se adentra después en un paisaje lunar repleto de simas y dolinas, formando un espacio único por la gran concentración de las mismas. El terreno entre piedras y superficie herbosa asciende superando pequeñas rimayas hacia el collado de Cotiella.
Llevamos todavía agua, pero pequeños neveros que perduran todavía en el fondo de alguna dolina nos dan seguridad por si necesitamos hidratarnos a la vuelta. Nos cruzamos con un montañero que ya desciende, ha madrugado bastante más que nosotros o ha salido de un punto más cercano, nos saludamos.
De nuevo nos adentramos en terreno pedregoso para afrontar los últimos metros hasta la chimenea del collado. Vamos buscando, en el tramo de pedrera final, las más grandes para que no se deslicen con facilidad y evitar el cansino "un paso adelante y dos atrás" .
La chimenea obliga a usar las manos, pero no tiene más dificultad que asegurar los agarres y tener cuidado con las piedras sueltas.
11h. Las vistas desde el collado son también espectaculares, por un lado el camino ya recorrido con el paisaje marciano y al otro lado el profundo y marcado barranco de piedra blanca de los Neiss. Aprovechamos mientras seguimos contemplando el paisaje tan variopinto que nos depara nuestra posición a 2664 m., para comer algo. Decidimos también que el tramo final lo haremos por la cresta y volveremos por la pasante del barranco.
Reiniciamos la marcha buscando la larga chimenea que nos espera para afrontar los últimos metros. Ladeamos por una media diagonal por terreno pedregoso, pero lo suficientemente pisado para recorrerlo sin dificultad.
En el escarpe los hitos no están muy claros, pero sólo con la intuición se presume el camino a seguir. Continuas trepadas nos hacen ir superando el fuerte desnivel, exige mucha atención y prestar atención para no hacer rodar la piedra suelta. Se encuentra fácilmente puntos de apoyo para asegurar manos y pies. Disfrutamos del reto, hemos hecho buena elección, el descenso por aquí hubiese sido bastante más complicado.
11,50h. Cotiella, 2912 m., no es un tres mil por poco, pero la ascensión es mucho más exigente que cimas más altas. Hace calor pero una ligera brisa hace muy agradable la estancia en la cima.
No hay pico mítico que se esconda en el horizonte, su situación permite atisbar todos, pero sin embargo lo que más nos llama la atención es el páramo "marciano", de color grisáceo que observamos en su ladera norte y las crestas de Armeña. Unas pintadas en una pequeña dolina de la cima nos irritan.
12,25h. Comenzamos el descenso por la cara norte, por el otro lado del barranco de Neiss buscando la collada que nos permita bajar a la pasante hacia el collado de Cotiella. Lo hacemos siguiendo la senda que zigzaguea por terreno pedregoso hasta alcanzar el punto que iniciamos un corto destrepe que nos sitúa en el barranco, continuamos por una zona de pequeños escarpes marcada con hitos que supera en semicírculo el pequeño circo que forma barranco y ladera del pico.
A las 12,50h estamos de nuevo en el collado, a partir de aquí el camino de vuelta será el mismo de la ascensión. El destrepe de la chimenea hacía la pedrera lo hacemos con precaución, procurando no dejar un pie atrás agarrado en las piedras que nos pueda precipitar hacia delante.
Vamos deshaciendo el camino con paradas para disfrutar de nuevo de este paisaje galáctico. Cuando llegamos al tramo que la piedra alterna con la superficie herbosa nos percatamos de la flor de edelweiss, nos ha pasado desapercibida por la mañana. Siempre me produce una gran alegría la presencia de esta flor tan singular y endémica del Pirineo.
En el descenso, aunque hay distintas marcas, vamos reconociendo por pequeños detalles que lo hacemos sin desviarnos un metro. Solo en la parte final preferimos hacerlo un poco más hacia el sur, buscando la zona de tasca.
13,50h. Estamos de nuevo en el refugio, esta vez no nos entretenemos, seguimos hasta el Ibón donde hacemos un amago de hidratarnos, pero el agua está caliente, además un guía del grupo de la acampada, con quién bromeamos con cerveza fresca, se está bañando en pelotas. Envidia sana.
En el pequeño ascenso hasta la colladeta de Armeña las piernas notan el cambio de pendiente. Cuatro burdéganos y mulas se llenan la panza en los pastos del collado. No se inmutan con nuestra presencia. Un par de fotos y seguimos con ritmo ligero hasta el barranco de Gargalluso (14,38h), donde nos hidratamos convenientemente. El agua, limpia y cristalina, se precipita desde aquí en cascada al barranco de Bilsé.
A medida que vamos perdiendo altura el calor gana en grados. El coche marca 32° a las 14,53h.
Cotiella, una cima que no dejará indiferente a nadie, a nosotros nos ha sorprendido muy gratamente.
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