La Munia y Robiñera

jueves, octubre 05, 2017 0 Comentarios


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LA MUNIA - ROBIÑERA 4-10-2017
Pasado Bielsa enseguida nos encontramos con el desvío a Chisagues, atravesamos el pueblo y seguimos por una firme pista de tierra que nos acerca a los llanos de Petramula. Aparcamos el coche justo en el cartel que indica pista peligrosa y solo recomendable para vehículos 4x4.
Poco falta para las 8 h. cuando comenzamos la ascensión por la pista que nos acercará, en aprox. 2,5 km., a la fuente de Petramula, punto donde se desvía el GR-11 hacía Pineta. Conforme avanzamos por la pista observamos que no era tan complicado el haber seguido con el coche hasta este punto. En este corto trayecto nos vamos encontrando vacas que pacen, comen o amamantan a sus ternerillos.
En 20 minutos llegamos al desvío, la pista gira bruscamente a la derecha hacia la Sierra de Liena, donde se encuentran las antiguas Minas de Plomo y Plata de Parzán, nosotros la abandonamos para tomar la senda que parte a ntra. izda. a pocos metros de la revuelta.
Cruzamos por primera vez en su parte baja el barranco de los Gabachos, aprovechamos para coger agua. Aquí comienza la verdadera ascensión dirección al Collado de las Puertas. La senda discurre entre rocas y grandes superficies herbáceas con constantes zigzag para superar con menos dificultad el desnivel. Vamos parando en el recorrido y echando la vista hacia atrás para no perdernos detalle y observar las bonitas imágenes que nos deparan los primeros rayos de sol iluminando las cimas próximas.
Sin prisa pero sin pausa llegamos después de atravesar un pequeño canchal a la entrada al collado de las puertas, lo dejamos a ntra. izda. y atravesamos de nuevo el barranco de los Gabachos por la senda que ya no dejaremos hasta la cima del Robiñera. Una vez cruzada la barranquera y ascendida una pequeña pero pronunciada ascensión nos situamos en la zona sur de la llamada Montaña de Ruego.
Hacemos una breve parada para comer algo mientras observamos a un rebaño de cabras antes de reiniciar la fuerte ascensión que nos aproximará casi en vertical hasta la arista oeste,  donde podemos contemplar en todo su esplendor el Valle de Parzán con el rio Barrosa al fondo.
La traza de la senda, que discurre por un canchal de piedra negra suelta, presenta constantes lazadas para superar la pendiente y acercarnos, ya casi en la cima, a la arista este, donde se aprecian, a mitad de iluminar por el sol, los lagos de la Munia y las paredes del circo de la Munia. Una última trepada nos sitúa en la cresta por donde avanzamos para llegar a la primera cima, continuamos por ella para después de un leve descenso volver a elevarnos y llegar a la verdadera cima del Robiñera.
Por el buen día  permaneceríamos más tiempo, pero nuestro siguiente objetivo mucho  más ambicioso, que tenemos a la vista, nos aconsejan reiniciar la marcha. Reponemos líquidos y después de cuatro fotos volvemos sobre nuestros pasos hasta el pequeño collado que separa las dos crestas, donde descendemos por una chimenea con bastante piedra suelta que nos aconseja prestar mucho cuidado y mantener la distancia para evitar posibles desprendimientos. De esta manera nos evitamos todo el descenso hasta coger la senda en el Collado de las Puertas.
No hay marcas, vamos descendiendo siguiendo unas indicaciones del track, aunque es totalmente previsible el camino. Seguimos prácticamente nuestra intuición para salvar las moles de roca que descienden del Robiñera hasta poder darles la vuelta, así nos situamos a mitad de la pedrera que sigue la línea de la cresta que se acerca  a la Munia. Ascendemos hasta el cuello del Robiñera elevándonos por una mole de roca , así evitamos la pedrera, con intención de explorar la posibilidad de seguir cresteando hasta los pies de la Munia, pero desechamos esta opción por no verlo muy seguro. Descendemos de nuevo unos metros y seguimos por la ladera, siempre lo más alto que podemos para evitar los fuertes tramos de  piedra suelta.
A las 12.50 h. estamos en otro pequeño collado, junto a un pequeño Ibón, justo debajo de la Munia. Unos minutos de descanso son necesarios para recuperarnos des esfuerzo que nos ha supuesto caminar de medio lado por la ladera descompuesta. Mientras vamos observando en la cresta de la Munia unos montañeros que nos sirven de referencia para marcarnos  la traza cuando reanudemos la marcha.
Seguimos por otro canchal de piedra más gruesa donde observamos algunas marcas que nos reafirman la dirección, nos dirigimos al punto donde habíamos visto a los montañeros  y que nos sitúa en la senda correcta. Estamos en la divisoria con Francia.
Con trepadas fáciles, pero con precaución de no tropezar y no asirnos en piedras sueltas llegamos al paso del gato, aquí coincidimos con la pareja de montañeros (chico y chica). Están superando la dificultad encordados. Nos dejan pasar, no sin antes advertirnos que deberíamos haber llevado casco. Son las 13.30 h. El caminar por el resto de la cresta no supone mayor dificultad que asegurar bien los pasos para evitar tropezones.
Son las 14 h. cuando llegamos a la cima de la Munia. Un pobre cartel situado en un montículo de piedras nos indica, rotulada con carmín, que estamos en la cima de 3.133 m. Me acuerdo de las personas que me habían dicho que las vistas desde aquí eran únicas, lo corroboro, además hemos tenido mucha suerte, día totalmente despejado. No perdemos detalle, abajo, hacia el este, los valles de Barrosa, al oeste el valle/circo de Tremollet, y por encima, al este,  se observan con total claridad Poset, Perdiguero, Las Madaletas, Aneto, en sentido contrario Vignemale, Balaitus, El Gran Facha, Infiernos (ocultos por una pequeña nube), Garmos negro, Algas, Argualas, y al sur: Monte Perdido y compañías, hasta detrás podemos atisbar Peña Montañesa y Presa de Mediano y, como no, nuestra Sierra de Guara, con el Tozal destacando.
Hemos permanecido media hora en la cima que hemos aprovechado muy bien, después de comer y darle unos buenos apretones a la bota comenzamos el descenso. Nos cruzamos de nuevo unas palabras con la pareja de montañeros, todavía les falta un buen tramo hasta la cima. De nuevo en el paso del gato tomo la delantera, con cuidado de no resbalar, se aprecia en el descenso la mayor dificultad que en la subida. Con cuidado, de culo,  asegurando las posiciones de los pies salvo el obstáculo. Tony y Rubén lo harán más rápido con mis indicaciones desde abajo para buscar los apoyos.
Continuamos el descenso por la cresta hasta el cuello de la Munia, paso para Francia, en este punto la abandonamos, giramos a la izda. para seguir bajando hacia los lagos. Lo hacemos ligeramente al trote, se baja mejor por el tramo de piedra suelta.
Desde el inicio de ascensión al Robiñera hemos estado divisando Sarrios continuamente, en grupos mas o menos numerosos y relativamente cerca, parecen acostumbrados a la presencia humana. Lo seguimos haciendo nuevamente en el descenso.
Los ibones nos ofrecen bonitas instantáneas con el reflejo de las cimas en sus cristalinas aguas. Coincidimos en el último ibón, antes del collado de las puertas, con dos parejas que se refrescan en la orilla, aseguran que está fría aunque nuestra impresión es distinta.
En el Collado giramos a la izda. , siguiendo el track, para dirigirnos al Chinipro, pero después de hidratarnos en una surgencia justo a sus pies, debido a la hora (16 h.), decidimos obviarlo y a cambio realizar la circular descendiendo a los Llanos de La Larri y volver a nuestro punto de partida por la Estiva, siguiendo el GR-11.
Son las 16.50 h. cuando comenzamos a atravesar después del largo descenso, entre ovejas y vacas,  los prados de La Larri . A las 17 h. estamos en el refugio donde tomamos el GR-11, muy bien marcado, dirección a la Estiva.
Los primeros 500 m. de desnivel nos hacen sudar y parar a hidratarnos un par de veces. La senda comienza en una pronunciada diagonal, atravesando los pinares de la Ribereta, dirección al barranco de las "opacas"•. Después gira a la derecha y tras varias lazadas nos conduce hasta el comienzo del  barranco de la Ribereta. Justo en su paso nos sorprenden gratamente una manada de Sarrios, contamos 33. Cruzan tranquilamente la senda situándose en la otra ladera del barranco, donde nos observan con atención como si el espectáculo fuésemos nosotros.
Son las 18.30 h. cuando coronamos, una hora nos ha costado salvar esta dificultad. A partir de aquí andaremos por una inmensa pradera en una pendiente constante pero suave hasta el "valle encantando". Nos desviamos del GR unos metros hasta un abrevadero situado unos metros por debajo del refugio de la Estiva. Bebemos y llenamos las reservas.
Salimos a la pista que termina en el "valle encantado". El muro de piedra blanca que lo limita a ntra. dcha. consigue un bonito contraste con los pinos que emergen de sus grietas. Sus formaciones rocosas avivan nuestra imaginación, recrean un ambiente mágico y tenebroso, propiciado también por la tenue luz del atardecer. Bonito espacio totalmente recomendable. Lo abandonamos siguiendo el Gr-11 que asciende por la izda. las laderas del "sobrestivo" para buscar el collado de Petramula, nuestra última dificultad. Una vez arriba (17,25 h.) y antes de comenzar el descenso hacemos una última foto del Robiñera, dominante e impresionante dominando el valle.
 Veinte minutos después cruzamos el barranco y entramos en la pista de inicio de la jornada, sólo nos restan los 2,5 km. hasta el coche. No hay peligro de anochecer, hay una excelente luna llena, pero tenemos ganas de llegar, así que el último km. lo hacemos trotando. A las 20 h., en punto, damos por finalizada la exigente pero inolvidable jornada con los dos importantes objetivos cumplidos : ROBIÑERA y LA MUNIA.
24 KM. y 2500 m. D+. 12 H., con paradas.

Javieres de Huesca

Club de Montaña Javieres de Huesca.

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