Bisaurin - 26 octubre 2016

jueves, octubre 27, 2016 0 Comentarios


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8,40 h. Lizara. 1520 m. altitud. Después de un recorrido espectacular por la vistosidad de la vegetación con sus contrastes de colores tan marcados por esta época del año, llegamos por una estrecha pero bien asfaltada calzada que discurre paralela al rio Osia hasta el parking del Refugio de Lizara, inicio y final de nuestra ascensión circular al Bisaurín.
En el mismo refugio cogemos el GR-11.1 que discurre por una pista en dirección al Ref. de Gabardito, siguiendo la Senda  de Camille (www.lasendadecamille.com),  tan apenas 400 m porque enseguida nos desviamos tomando la senda que parte a ntra dcha hacia el barranco de Bernera.
La traza, que discurre entre la zona baja del Plano d'as Festas y por encima del Plano Lizara, donde se ubica en época invernal la pista de esquí de fondo, cruza un pequeño pinar hasta llegar a la rampa que nos acerca al ref. de Ordelca, pequeña construcción totalmente de piedra de forma alargada y con techo ovalado que se conserva en buen estado.   Nos detenemos a quitarnos alguna capa de abrigo y a realizar, como no, alguna foto del lugar.
Continuamos la ascensión por encima del barranco siguiéndolo, tranquilos hasta que un jabalí nos sorprende con un descenso vertiginoso desde la la ladera d'as Fetas, situada a nuestra izda., cruza la senda, llega al cauce del barranco y se pierde de vista subiendo por la ladera contraria, debajo de los cortados de Napazal.
El barranco, alimentado por las últimas lluvias, rompe con el sonido de las cascadas el silencio que encontramos en la ascensión. Unas piedras dispuestas como si de un trono real se tratara no da pié para realizar unas cuantas fotos más, como si el paisaje no fuese suficiente.
Unos metros antes de llegar al ref. de Bernera o de Los Forestales, como así consta un cartel en la entrada, observamos de reojo los escasos restos que los carroñeros han dejado de un pobre ternero que todavía conserva el crotal que lo identifica, núm. 1767.
10,10 h. dejamos el refugio de piedra, construido de forma que nos recuerda a una pagoda, continuando hasta la Paúl de Bernera  (1984 m. altitud). Aquí abandonamos la senda que sigue con mejor trazado hacia el este, cruzando el barranco, y que se dirige hacia el Ibón de Estanés, pasando por el bonito Valle de los Sarrios. Nosotros, girando prácticamente 90 grados,  seguimos hacia el oeste por la senda, bien señalizada por mojones, que nos acercan al barranco que forman el puntal de Sescún y el Alto de Fetás.  Un corzo, seguramente alterado por nuestra presencia, cruza la Paúl y el cauce del barranco de un solo salto, desapareciendo rápidamente dirección al Puerto de Bernera.
Después de llanear  unos metros por encima de  la Paúl, volvemos a ascender siguiendo el cauce del barranco, pero antes, aprovechando unas improvisadas mesas que nos proporcionan las rocas y los primeros rayos de sol, paramos a almorzar  debajo del Alto de Fetás, son las 10.45 h. Hemos acertado, porque a partir de este punto la senda se empina, la pendiente adquiere mayor verticalidad. La superficie herbácea predomina entre piedras y cantos sueltos.
Mientras ascendemos, en lo alto del falso collado, observamos como un sarrio nos mira impertérrito con atención, permanece inmóvil mientras nos acercamos, pero en un momento, sin apenas darnos cuentas cambia su posición ascendiendo a las crestas de Fetás. Superado este tramo llegamos a un pequeño plazo donde las aguas casi estancadas del barranco quieren formar un pequeño ibón. Estamos casi a la altura de lo más alto de Sierra Bernera, situación que nos empieza a proporcionar mejores vistas, no solo de toda la Paúl, sino también de las cimas más altas del Pirineo Oriental.
Dejamos una pequeña traza que  sigue recta hacia el collado de Secús y seguimos   los distintos hitos que nos dirigen por  una zona de grandes bloques a una chimenea con bastante piedra suelta. Antes hemos tenido que superar una zona rocosa bastantes escarpada que nos obliga a utilizar las manos, pero sin apenas dificultad. La chimenea es una zona bastante sombría, manteniendo todavía restos de nieve vieja. Una vez superada esta tachuela nos encontramos a 2.400 m., dejamos a ntra. izda. el Alto de Fetás y la Collada de Bastes y seguimos la ascensión, de nuevo bastante empinada, por unos marcados escalones,  horadados en la tierra y el césped por las pisadas y la erosión, hasta mitad ladera, donde giramos a la izda. para recuperar la senda que prosigue más suave  en diagonal hasta situarnos justo debajo del Bisaurín. Solo nos resta otra pequeña chimenea que superamos en varias lazadas y nos sitúa en la cresta.
Son las 12.20 h. cuando tenemos a nuestro alcance las imágenes que nos proporciona la cara sur, refugio de Lizara incluido. Solo nos resta crestear unos minutos para llegar a nuestro objetivo, al que llegamos con paradas intermedias para las fotos a las 12,30 h. Aprovechamos la suerte que hemos tenido con el día, después de una semana intermitente de lluvias, para disfrutar de la cima, donde permaneceremos hasta las 13.15 h.
M. Dolores echa en falta la chaqueta del Club, ha subido con ella sujeta al lateral de la mochila desde la parada del almuerzo, desprendiéndose en algún punto del trayecto intermedio. Con el fin de intentar recuperarla nos dividimos para realizar el descenso. Andrés y Toni retornarán por el mismo sitio y M. Dolores y yo lo haremos por Lo Foratón, realizando la circular como habíamos previsto desde el principio.
Un descenso suave en diagonal, dirección oeste, nos acerca a las paredes verticales de las Tucas de Lo Foratón, proporcionándonos unas vistas inmejorables del barranco de Secús y las cimas del Puntal d'Aguerri, Costatiza y Secús. Seguimos el descenso por una zona escarpada y pedregosa, con mucha piedra suelta, donde los mojones no faltan para indicarnos el camino correcto. Se desciende rápido, bajamos corriendo casi obligados por la verticalidad de este tramo, sobretodo hasta llegar a la zona de pastos, donde la senda continua siguiendo casi la loma divisoria entre valles.
Las vacas pastan a sus anchas, en cambio un caballo relincha y trota nervioso, sube y baja a lo largo de este tramo de recorrido. La senda enlaza con el Gr-11.1 en el Cuello de la Foratón, continua a la dcha. hacia Gabardito, pero nosotros giramos al este, dirección a Lizara. Justo en el collado, donde se comienza el descenso del mismo hacia el barranco de Espelungueta l'Onso, un grupo de militares levantan un pequeño punto de observación. Los pastos consolidados nos permitan sortear la senda descendiendo en vertical, ganando tiempo evitando sus lazadas. Así superamos, dejando atrás, a un par de militares que descienden lentamente con sus pesadas mochilas.
Dejamos a ntra. izda. el ref. de Fetás y llegamos a un plano con una fuente abrevadero que utilizamos para refrescarnos. Recuperamos el GR en el Plano d'as Fetás, donde apenas unos metros más adelante la senda deviene en camino que continuará hasta las puertas del refugio.
Son las 14,40 h. cuando llegamos al desvío, esta vez a ntra. izda., que marca dirección al Ibón de Estanés, justo en el mismo momento que llegan al camino Toni y Andrés. Han realizado un descenso rápido habida cuenta que su recorrido era mayor y  nosotros también hemos bajado al trote cuando se ha podido y recortando camino. Desgraciadamente no han tenido éxito con la cazadora. Los últimos metros los hacemos juntos, como hemos empezado. Atravesamos saludando el campamento que una cincuentena de  militares han improvisado junto al refugio.
14,50 h. Es hora de degustar unas merecidas cañas en el bien conservado refugio.

Javieres de Huesca

Club de Montaña Javieres de Huesca.

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