12 Retos 12 Cimas: Peiró, Crónica y fotos
15/12/2019 PEIRÓ “ Belén Montañero “
Día 15 de diciembre, domingo y festividad de San Urbez, Sol de la Montaña, Pastor, Patrón de los montañeses y de los montañeros. Hoy ha tenido lugar la última de las 12 Retos-12 Cimas, actividad del Club de Montaña Javieres de Huesca que consiste en la ascensión a las cimas más representativas de la Hoya de Huesca, en colaboración con la Comarca de la Hoya de Huesca. Hemos realizado una travesía entre el collado de la Barza y el pueblo de Bentué de Rasal, ascendiendo al Pico Peiró y, por primera vez en la corta pero intensa historia de nuestro Club, colocando un Belén Montañero en la falda del Pico Espada o “ Del Grifo “.
A las ocho y media hemos acudido, como habitualmente hacemos, a la parte delantera del colegio salesiano, hemos saludado a la Virgen Auxiliadora y nos hemos distribuido en los diversos coches según ha repartido Antonio Rico. Por autovía y carretera local hemos llegado al pueblo de Arguis, lo hemos atravesado y por pista asfaltada hemos llegado al Collado de la Barza, punto que separa el valle del río Isuela del valle del río Garona. Durante el recorrido el termómetro ha llegado a cero grados centígrados, y ahora alcanza un par de grados positivos. El cielo está completamente despejado y el suelo se aprecia muy embarrado por las últimas lluvias. Tras dejar algún coche en Bentué de Rasal, para poder emplearlo al terminar como “ lanzadera “, nos hemos reagrupado las 56 personas que participamos en la actividad de hoy y hemos comenzado a andar un poco después de las nueve y media de la mañana, a 1108 metros de altitud. Nos acompañan varios miembros del club de montaña de “ Os Andarines d´ Aragón “.
Todo el recorrido está perfectamente señalizado y acondicionado con escalones, barandillas,…, pues forma parte del Camino Natural de la Hoya, que enlaza Bierge con Agüero a través de la Comarca. Comienza primero un pequeño trozo de pista que nos sirve para entrar en calor. Pronto cogemos una senda muy empinada que asciende rápidamente, primero entre bojes y robles, luego entre pinos y finalmente en medio de un pequeño hayedo, cuyos árboles han perdido sus hojas. Al lado del camino vemos unas pocas setas, varias negrillas ( Tricoloma Terreum ). Conforme ascendemos, vemos a nuestra derecha el Pico Peiró, con su característica silueta, y a nuestra espalda el pantano y pueblo de Arguis. Atravesamos el hayedo de forma casi horizontal y salimos a una zona de matorral formada por bojes, erizones,…El sendero se vuelve a empinar y durante un rato comparte recorrido con un pequeño barranco por el que baja un hilillo de agua. Llegamos a un amplio collado, que en los mapas se nombra como Collada del Aire, donde nos reagrupamos y desde el que vemos el valle que forma el río Garona, con el pueblo de Bentué de Rasal, punto final del reto de hoy. No se ve el pueblo de Rasal, que está envuelto en la niebla que sube desde el río Gállego. Aprovechamos para ponernos algún detalle navideño, gorros,…, y hacemos unas cuantas fotos. Son las once menos cuarto.
Enseguida reanudamos la marcha, emprendiendo con ganas la última subida, que se presenta bastante empinada, serpenteando entre los bojes. Nos saludamos con un grupo de montañeros que bajan del Pico y nos informan que vienen desde Binéfar, que forman parte del Club de Montaña Litera. En el Pico Peiró, con una altitud de 1579 metros, debido a su pequeño tamaño, no hacemos foto de grupo, pero de forma individual sí que se deja constancia de este momento. Aquí se ha abierto completamente el horizonte y gracias al estupendo día que hace, vemos un amplio panorama del Pirineo, desde el más occidental, donde destaca el Bisaurín, hasta el más oriental, con el Posets y el Turbón. Se aprecia Peña Telera, los Treserols, las Tres Marías,…, y delante el Prepirineo, con el macizo de San Juan de la Peña, la Peña Oroel, Oturia, el Presín, el Pico del Águila, Guara, Gratal,…, destino de varios Retos anteriores. A las once y cuarto hemos llegado al Pico Peiró. Seguimos por la cresta, nombrada en los mapas como A Ralla Espada, en dirección oeste, dirigiéndonos al sitio donde vamos a colocar el Belén Montañero, bajo la Punta Espada.
Llegamos aquí poco después de las doce. Mientras Niko, Olga y Antonio colocan las figuras y las aseguran con silicona, el resto aprovechamos para almorzar un poco y reponer fuerzas. Pronto se empiezan a abrir varias botellas de cava y se reparten dulces, polvorones, almendras garrapiñadas, chocolate,…, y Pilar Viejo un par de empanadicos de calabaza que ha hecho y están buenísimos. El ambiente se va animando, y se crea un estado de euforia, camaradería y amistad como sólo pasa en este Club y del que es un lujo poder participar. Miguel Almarcegui, incluso, se disfraza por completo de Papá Noel. Olga lee un texto del Papa Francisco para bendecir el Belén y luego comenzamos a cantar villancicos y tocar panderetas y demás instrumentos musicales que se han traído. ¡ Qué viva la Navidad, el Nacimiento de Jesús y la Madre que lo parió ¡. Cuando vamos a comenzar el descenso, llegan los integrantes más jóvenes del Club, que han comenzado la actividad de la "dominguera" un poco más tarde, con intención de almorzar también junto al Belén y comer en Bentué. Así que les saludamos, dejamos sitio, hacemos foto de grupo, nos despedimos de ellos y nos disponemos a bajar.
Unos pocos subimos al cercano Espada o Pico del Grifo, con 1501 metros de altitud, llamado así porque en la cima hay clavada una cañería con un rudimentario grifo. Es la una menos cuarto. Vemos a nuestros pies Bentué de Rasal. En el valle, la niebla se ha ido retirando y se aprecia al fondo el pueblo de Rasal. Nos deleitamos con la vista que tenemos desde aquí, al sur aparece el Moncayo nevado y al fondo la Sierra de Santo Domingo, que tendremos que atravesar en la ya próxima Javierada, y la Higa de Monreal, en la vecina Navarra, pero tenemos que retornar al Belén para coger la senda de descenso, abierta en la ladera hace un tiempo por miembros del Club, que recorre un precioso bosque de robles, siendo peligrosa en algún tramo debido a la pendiente y a lo resbaladizo del terreno por las últimas lluvias, que han creado una peligrosa lámina de barro. Varios caminantes resbalan y prueban la dureza del terreno, los culetazos se repiten inevitablemente. Suerte que todo se queda en una anécdota más. El camino pasa por un portillo entre dos grandes rocas, continúa en descenso pronunciado, zigzaguea entre robles y bojes hasta llegar a una curiosa y empinada pedrera que termina en una zona de antiguos bancales donde aún resiste una pequeña caseta de piedra con tejado de losa. Durante algo más de hora y media hemos estado descendiendo por este penoso terreno, una agradable aventura. Cruzamos el río Garona, que baja bastante crecido por las lluvias caídas en estos días pasados en la zona. Lo hacemos gracias a varias piedras que los propios Javieres han colocado, pero alguno resbala y comprueba la frescura del agua. Según nos informan, cauce arriba existe un antiguo molino harinero que ha sido rehabilitado recientemente.
Tras pasar el barranco, atravesamos un campo con restos de haber sido pastado por las vacas, que se oyen cerca, y tras una última subida, llegamos a Bentué de Rasal cerca de las tres de la tarde, a 920 metros de altura. Sólo queda cambiarse y acomodarse en los diversos coches, para unos volver a Huesca, y el resto (44) ir al bar-restaurante de Arguis para dar cuenta de una deliciosa paella y otras buenas viandas para terminar en compañía la inolvidable jornada.
Hemos andado 6 kilómetros y medio, con 563 metros de ascenso y 751 metros de descenso en un gran día de montaña, con muy buenas condiciones meteorológicas. Todos hemos completado el Reto, hemos disfrutado y hemos pasado un gran día. Así ha terminado la actividad del Club de 12 Retos- 12 Cimas en este 2019, que ha permitido que durante prácticamente todo el año hayamos podido realizar salidas al monte y conocer mejor nuestra bonita Comarca de la Hoya de Huesca.
Gracias a todos.
Rubén Banzo.
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