Tuca de Mulleres - 11 de septiembre
FOTOS de la ascensión.
PICO MULLERES - 3.010 M. - 11 SEPTIEMBRE 2016
5,10 H. Salida desde Salesianos, un poco mas tarde de lo previsto por el recorrido de recogida del bus. Acuden a despedirnos los jóvenes Javi y Alex, que no pueden acompañarnos por distintos motivos. Bajas de última hora reducen el grupo a 23 Javieres.
La mañana fresca pero sin ausencia de nubes anticipa el buen día que nos espera. Orión destaca en el oeste como augurio de la llegada del frio.
Parada en Siétamo para recoger a Cru y autovía hasta Barbastro, donde cogeremos la crta. hasta a Graus, donde nos desviaremos por la A-1605 que recorre el Valle de Isábena, pasando por el Monasterio de Obarra y Bonansa, hasta la N-260, aquí giraremos a la dcha para que, en tan apenas 1 km., nos acerque a la N-230, por donde circularemso los últimos 25 km. que nos llevan hasta la entrada del túnel viejo de Viella, donde nos deja Boyan, conductor del microbús de Autobuses Sierra de Guara. Son las 7,45 h.
Cargamos mochilas, nos abrigamos, y sin mas dilación, a las 7,53 h. ya estamos caminando por la senda que atraviesa una amplia val. El rio que forma los desagües del barranco de Molieres discurre paralelo a nuestra izda., un poco más abajo, junto con el barranco de Espitán, forman el Noguera-Ribagorza, frontera entre Aragón y Cataluña en buena parte de su recorrido. Superamos unos torrentes por unas pasarelas de madera, que por su buena conservación deducimos no están colocados de hace mucho tiempo, para adentrarnos, una vez superado el plan de la Espona, en una zona boscosa, primero pinos y después un hayedo nos acerca al "salto de molieres", bonita cascada que superamos en varias lazadas para situarnos en el llano del "plan de la rasa". Son las 8,20 h.
Este pequeño valle que forma el barranco hace presumir que la senda discurra por el mismo, junto al rio y su manto herboso, pero sigue desde la cascada un trazo ascendente por la parte dcha. marcada con hitos de madera. Superamos un primer caos de bloques de granito y árboles caidos que nos acercan a un pequeño torrente que recoge aguas de la sierra Pletanaua y que inunda por momentos la senda. Atravesado éste desaparece definitivamente la zona arbórea. Desde aquí la senda discurre por zona de pastos, siempre a la izda del barranco, unas veces en diagonal y otras en lazadas que sirven para avanzar en altura con menos dificultad. Un nuevo salto donde el agua se precipita dando lugar a otra bonita cascada nos detiene, debemos superarla pegados a ella y ayudanos por las manos por su verticalidad.
Una vez superada nos encontramos de nuevo con bloques de granito que ralentizan la marcha, afortunadamente son consistentes y están lo suficientemente encajados de forma natural para no generar inseguridad en la pisada. En diez minutos lo hemos atravesado todos. Nuevamente nos encontramos con una zona herbosa que hace más llevadero el ascenso, así, alternando con una zona de cantos rodados, nos aproximamos a otra dificuiltad rocosa que nos obliga a esforzarnos y volver a utilizar las manos, las nuestras y las de los demás.
Mientras vamos subiendo es imposible dejar de mirar, volver la cabeza sobre nuestros pasos nos va proporcionando una vista espectacular del valle, cada vez más envolvente a medida que vamos ganando en altura. A nuestra izda cada vez vemos más cercanas las tucas y cimas que encajonan el barranco, Tuca el Santet, Tozal de la fontana de Viella, Pico de la Tallada y la Tuca y Pico Feixant (2954 m), y a nuestra dcha., en lo alto de la ladera por donde discurre la senda, la Tuca Garbosa y su Sierra.
Recuperada la senda, ésta continúa en repetidas lazadas que van evitando poco a poco promontorios rocosos. Alguna parada para tomar aire es inevitable. Un primer grupo, con Cru, Rául y Lolo, y los más fuertes han tomado una ligera ventaja al resto, se adelantan para buscar el mejor lugar para almorzar. El resto seguimos a otro ritmo, unos por la dificultad y otros por acompañar, animar y prestar ayuda en los tramos con más verticalidad. El madrugón y el sofocón hacen que a más de uno se le manifiesten los duendes del estómago. Tenemos un pequeño respiro poco antes de llegar al primer ibón, la pendiente se suaviza y nos ayuda a tomar con más aire los últimos metros antes de la parada obligatoria.
Son las 10,25 h. Excelente el punto elegido para recuperar fuerzas. Un pequeño promontorio de piedra justo antes del ibón, a los pies del refugio, nos sirva a todos como posadera. Desde aquí se divisa perfectamente nuestro objetivo, flanqueado por la Tuca de la Feixa y el Cap de Toro, y el collado por donde pasaremos a la cara sur. Siguen sorprendiendo las vistas por todos los lados, destacando a nuestras espaldas, al fondo del valle, detrás de nuestro punto de partida, las cumbres de Aiguestortes y los picos del sector Comaloforno con sus tres miles. No hemos superado el tiempo que indicaba la señal de partida hasta este punto, 2,30 h. de recorrido.
A las 11 h. retomamos la marcha bordeando el ibón por la dcha. Un primer trazo suave da paso casi de inmediato a una zona pedregosa con fuertes y grandes bloques de granito, alternando con cantos sueltos, por donde se abre camino la senda en suave diagonal. Siempre paralela al segundo y tercer ibón, éste último de forma ovalada es el más grande de todos, se convierte, una vez superados estos en una desafiante traza que con continuos zig-zag nos hacen esforzarnos para superar una fuerte pendiente. El color de las mejillas y los suspiros delatan el cansancio de unos, aprovechando otros las paradas necesarias para realizar fotos del paisaje que vamos dejando atrás y lo que nos espera delante.
Media hora nos cuesta, al pelotón de cola, superar esta exigente dificultad que nos deja en otra no mucho mejor, con elevada pendiente y cantos sueltos de piedra blanca que nos obligan a asegurar los pasos. Tan suelta está que en algunos momentos nos desliza hacia atrás como si estuviésemos subiendo por una pedrera, prestando también atención a no precipitar ninguna piedra.
En un momento de la ascensión debemos de acarrear alguna mochila para aliviarles el peso. También las pastillas de glucosa de Carlos hacen milagros. Las diferencias en este último tramo se han hecho amplias entre la cabeza del grupo y los últimos, los distintos ritmos marcan diferencias. Son las 13 h. cuando hacen cima los primeros. Cru retrocede y toma posición en el "collado de mulleres" para ayudar e indicar los apoyos al resto y poder superarlo con mayor seguridad debido a su verticalidad y vertiginosidad.
Son las 13.30 h. cuando todos hemos superado esta exigente dificultad que nos permite disfrutar de las imágenes que la cara sur nos descubre, El Rey Aneto, las Madaletas y sus glaciares, que se confunden con las moles de piedra blanca erosionada que han aflorado con el deshielo exagerado de las últimas décadas. Desde aquí un último esfuerzo nos queda para superar los 100 m. de desnivel que nos separan de la cima. Tramo que realizamos cresteando por la cara sur, sin sensaciones aéreas, pero superando piedras sueltas que casi de repente nos sitúan en la cima. Un mojón alto y un punto geodésico nos dan la bienvenida al MULLERES.
ENHORABUENA a los novatos; Para Sandra, Merche. Ana y Jorge es su primer 3.000, y nuestra felicitación especial para Susana y Eloy por el gran esfuerzo realizado.
La ausencia de niebla, que hemos visto cubría la cima en muchos momentos de la ascensión, y la presencia casi constante del sol hacen nuestra estancia muy agradable, disfrutamos de las sensaciones que se siente en cualquier tres mil, haciéndonos olvidar enseguida los malos ratos pasados y devolviéndonos la fortaleza y las ganas para poder afrontar el siguiente. Las crestas que envuelven el barranco, desde aquí parecen pequeñas y accesibles al observarlas por "encima del hombro", en cambio el Aneto, que no se deja ver por retener a la niebla en lo más alto, todavía nos parece, aún oculto a nuestra mirada, lo que es, el Rey .
Después de dar cuenta de las viandas, uno más que otros, darle unos apretones a las botas de vino y realizar un sinfín de fotos, además de la de grupo, levantamos el campamento para realizar el descenso que se prevé duro para las rodillas por la cantidad de tramos con bloques de piedra y cantos rodados sueltos que hemos superado en la ascensión.
14,30 h. A esta hora las últimas unidades que cierran el grupo estamos superando el collado. Si en la subida hemos sido prudentes ahora en el descenso se requiere el máximo de atención y concentración para no resbalar o tropezar. Los más avanzados, capitaneados por Cru, nos esperan unos metros más abajo, en la primera zona de bloques de granito, para ir adelantando al ceremonia del bautismo por su primer tres mil a los novatos. La nieve necesaria la ha recogido Oscar en el nevero existente en el Cap de Toro.
La dificultad del descenso y la diferencia de fuerzas hacen desde la reanudación que el grupo se disperse. Las rodillas van acusando el fuerte descenso y el esfuerzo de la subida, no obstante nos reagrupamos en el mismo punto del almuerzo, junto al primer ibón. Hasta que llegamos los últimos algunos han aprovechado para refrescase los píes en las frías aguas. Unos minutos de descanso que aprovechamos para comer algo y degustar las últimas existencias de café, galletas y chocolate. Continuamos la marcha después de una última foto de grupo, debemos de hacerlo rápido si queremos llegar a la hora prevista al bus (18,30 h.). para poder llegar a Huesca antes de las 21 h. Tarea complicada porque son las 4,10 h., subir nos ha costado 2,30 h. y el retorno se augura será lento en general.
Nuevamente el grupo se alarga, la diferencia de ritmo de bajada es muy diferente y origina que vayamos dispersos formando varios subgrupos. Por delante los jóvenes con Cru se adelantan, deben buscar una zona de cobertura y poder avisar a Boyan, conductor del microbús, del punto de nuestra llegada, le habíamos dejado entrever que según como fuese el grupo era factible poder cambiar el punto de retorno, pensábamos poder llegar a la cara norte del túnel de Viella. Hace rato que hemos descartado esta posibilidad, volvemos al punto de partida.
Cerramos el grupo Eloy, Susana, Oscar y Antonio, un poco más avanzados caminan María, M. Dolores, M. Carmen Sandra y Ana, les preceden Andrés, Merche, Carlos y Miguel, y más adelante el resto. Ni el cansancio ni las ganas de llegar nos impiden prestar atención a las marmotas, impertérritas ante nuestra presencia, dejándose observar muy cerca de nosotros.
Cuando llegan los primeros al bus, aprox. a las 18 h., al resto todavía nos quedan varios kilómetros, unos van en ese momento por la cascada, otros la han superado ya, y los de cola todavía estamos superando la última pedrera. Las paradas para recuperar energía hacen imposible cumplir el horario previsto, pero lo importante es que vamos descendiendo sin complicaciones, chino chano. Las comunicaciones con los walkis son constantes para comunicar nuestras posiciones, Cru, Andrés y Antonio son los portadores de los 3 equipos.
Cuando llegamos Susana, Oscar y servidor al bus, todos están en sus asientos, antes han disfrutado de los refrescos que hemos dejado en el maletero, nosotros lo haremos una vez el vehículo esté en marcha. La botella de cava que ha traido Merche para celebrar su 3000 la dejamos para otra ocasión, que no mejor. El tiempo apremia y hay que partir de inmediato para intentar llegar lo antes posible. Son las 19,15 h. cuando abandonamos el lugar de partida-llegada. El retorno se realiza por el mismo sitio. Después de dejar a Cru en Siétamo, la entrada en Huesca la hacemos a las 21,30 h.
ENHORABUENA, debemos felicitarnos todos por haber alcanzado los 23 el objetivo. Chapó a "las mulleres", mi reconocimiento a Susana y Eloy por el sobreesfuerzo realizado y también a los que de una manera u otra habéis echado una mano ayudando a los demás, somos geniales.
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