Peña Telera, 20 de agosoto de 2016
FOTOS de la JORNADA
M.Dolores, M.Jesús, Enrique, Jose Antonio, Carlos Monclús, Carlos Abadía, Toni, Tino y su yerno Jesús, Cruchaga y Antonio.
Nuevo madrugón para poder realizar la jornada tranquilos y sin sobresaltos debido a la dureza prevista de la ascensión. Quedada a las 5,30 h. en Salesianos, como de costumbre, para poder salir del parking de Lacuniacha a las 7 h., como así fue. Se nos unen a los 9 Javieres Tino y su yerno Jesús, que veranean en Tramacastilla.
Caen unas pocas gotas en la llegada, nos acompañarán en los primeros metros del camino, son el final de un primer frente tormentoso que se aleja hacia el norte, tal como presumíamos, pero bastante menos de lo previsto. Todos vamos bien pertrechados con chubasqueros y paraguas que no hacen falta utilizarlos.
Empezamos a caminar por la pista que es continuación de la crta. que nos ha aproximado a Lacuniacha, cruzamos la barrera y seguimos por ella. Después de varias lazadas nos desviamos a la dcha. tomando una senda marcada que nos evitará los continuos giros del camino. La seguiremos, sin dejarla, hasta el Ibón de Piedrafita. La senda discurre por una zona arbolada con algún claro de pastos y abundantes cardos. Un bulto, que no logramos identificar al principio, nos llama la atención, descubriendo al acercarnos se trata de una pobre vaca muerta de la que han dado buena cuenta los carroñeros, dejando cubierto solo los huesos con su piel. El último tramo, antes de llegar al ibón, después de atravesar la pista, discurre paralela al arroyo que se alimenta con aguas del ibón y del barranco Cuasta.
Tres minutos antes de las 8 h. estamos disfrutando de las bellas imágenes que proporciona el ibón con Peña Blanca, Peña Parda en un segundo plano y las faldas de Peña Telera, cubierta su cima por las nubes. A nuestra izda van apareciendo los primeros rayos de sol que las nubes dejan escapar, formando contraluces que nos sorprenden por su belleza, iluminando también un rebaño de ovejas que permanecen estabuladas en lo alto del pequeño collado a la espera del pastor.
Dejamos el ibón, después de una buena colección de fotos, a nuestra izda., bordeándolo para comenzar la verdadera ascensión. Hasta ahora ha sido un paseo agradable sin apenas dificultad. Los hitos nos aproximan a una pedrera que ascenderemos en continuo zig-zag para sortear un primer muro de piedra a nuestra derecha. Al final de este tramo tenemos que realizar un pequeño destrepe, sin dificultad alguna, continuando la senda a nuestra dcha y acercarnos a un tramo de pastos por donde continua, siempre bien marcada, superando así otro muro de peña blanca. Después de superar un pequeño paredón con gradas fáciles, la senda gira bruscamente a la izda, buscando una pequeña fuente, la única que encontraremos en la ascensión. Llegados a este punto nuevamente gira a la dcha (oeste) por un terreno herboso que nos acerca hasta la pedrera, abrupta y exagerada, del canal de cobacherizas.
Tramo duro con constantes lazadas que procuramos ir subiendo lo más rápido que la verticalidad y las piernas nos dejan para intentar evitar , desde la cueva existente a nuestra izda., casi al final de la canal, el segundo frente tormentoso que la aplicación del móvil nos anuncia. El grupo se dispersa, cada uno sube a su ritmo. Cerrándolo vamos M.Dolores. M. Jesús y servidor, en un tramo intermedio observamos a Enrique, ligeramente retrasado, y el resto, más o menos unido, nos llevan unos diez minutos de ventaja.
A las 9,45 h. estamos todos en la cueva. El paso de la tormenta es inminente, decidimos almorzar y reponer fuerzas para recuperarnos del esfuerzo. A las 10,10 los truenos y relámpagos parece que rompen a nuestro lado, empieza a llover. Hemos tenido suerte. Baja la temperatura deprisa, tenemos que abrigarnos bien. Afortunadamente pasa rápido y enseguida vuelve la calma, no hemos perdido mucho tiempo. La tormenta ha dejado restos de nubes y nieblas que ascienden rápidamente desde el fondo del valle cambiando constantemente las vistas.
Son las 10,35 cuando reanudamos la marcha afrontando el último tramo de la canal. Hay que tomar un poco más de cuidado porque además de la pendiente ha quedado el terreno resbaladizo después de la lluvia y las piedras sueltas son abundantes. Quince minutos más tarde y llegamos al collado. Aquí nos tomamos un ligero respiro para descansar y poder observar las vistas de la cara sur de las peñas, con el barranco del puerto a nuestros pies, donde pastas unos cientos de ovejas. Hay que estar frescos y relajados para afrontar el tramo más peligroso de la subida, el paso "vertiginoso" por debajo de Peña Parda. Hay que ir concentrado y con los cinco sentidos, una caída sería fatal e irreversible.
A las 11,15 h., una vez superada la dificultad anterior, nos encontramos todos en la chimena que forman Peña Parda y las faldas de Peña Telera. Superado este tramo, que nos obliga a utilizar las manos en un par de puntos, llegamos a un pequeño circo que forman ambas cimas. Era previsible que todavía pudiese haber restos de nieve en el acceso a la chimenea, zona muy poco soleada, por este motivo Cru portaba una cuerda por si hubiese sido necesario utilizarla para realizar el paso con seguridad. Por suerte solo había un pequeño cúmulo que no cubria el sendero. Aquí estamos a 2350 m., los aprox. 400 metros que nos faltan, ahora sí, los ascenderemos por las faldas de nuestro objetivo
La pendiente desde aquí, continua siendo muy pronunciada, continuas lazadas alivian un poco la verticalidad del ascenso. La senda se encierra, cuando faltan tan apenas 200 ms., en una pequeña canal que tenemos que superar en algún tramo con ayuda de las manos, pero sin más riesgo que el que ofrece la inclinación de la subida.
Superada esta última dificultad rocosa, un manto herboso cubre los últimos metros de ascenso, descendiendo también notablemente su verticalidad. La niebla no nos deja percibir la niebla en los últimos metros. Casi de repente nos encontramos con el último hito que da paso al poste geodésico y a la pileta de piedras que marca la cima. Son las 12,30 h. Objetivo cumplido.
Lástima que la niebla persistente no nos deje ver el entorno cercano, y menos disfrutar de las vistas que proporciona la situación de Peña Telera, ni tan siquiera se perciben las dos cimas más cercanas que la franquean, Peña Parda y Pico Capullo.
Después de las fotos individuales y la de grupo de rigor que nos permitirán recordar el éxito de nuestro objetivo, tan apenas diez minutos después comenzamos el descenso. Antes leemos la placa conmemorativa en recuerdo del fallecido en el Himalaya Oscar Pérez Javierre que los vecinos de Tramacastilla colocaron en su honor.
Volvemos por nuestros pasos, pero con intención de variar el recorrido desde el collado de cobacherizas, volviendo bordeando Peña Blanca por el camino del burro. En las faldas de Peña Telera nos cruzamos con un grupo de montañeros que acometen los últimos metros de ascenso. En el paso complicado de Peña Parda nos sorprende una caída de piedras, provocada seguramente por las cabras que se oyen en la cima; llegan cerca de nuestra posición, una de ellas, afortunadamente pequeña de tamaño, me da en el brazo. Pasamos rápido para evitar nuevos desprendimientos pero sin descuidar la atención y concentración que la senda requiere.
De nuevo en el collado tomamos aire, repartimos chocolatinas y el agua, ausente esta desde la fuente situada antes de la canal. No la volveremos a encontrar hasta bien avanzado el descenso. Son las 14 h. cuando comenzamos a bordear a Peña Blanca por el sur. La inexistencia de traza y su verticalidad, además de la existencia de tramos con piedra suelta sin pisar, nos hacer tomar precauciones asegurando bien los pasos. Al fondo del barranco (barranco del Puerto), donde todavía permanecen las ovejas, observamos una pareja de marmotas que anuncian nuestra presencia con su chillido característico. Superada una barranquera, en un pequeño collado y antes de iniciar el descenso para afrontar después una subida de aprox 100 m. de desnivel que nos situaría en la vertiente norte y al este de Peña Blanca, decidimos en consenso abortar nuestra intención de realizar la circular. Son las 14,30 h. e intuimos la complicación que supondría continuar por un terreno sin pisar y descender por una pedrera al otro lado que presumimos con mucha piedra suelta. Decisión acertada, sin ninguna duda.
A las 15,15 h. estamos de nuevo en el collado. Iniciamos el descenso por la Canal de Cobachirizas prestando más atención si cabe a las piedras sueltas, aún así es inevitable que una piedra del tamaño de un pan de dos kg se desprenda y ruede casi hasta los pies del grupo más avanzado. Los culetazos y resbalones se repiten en este tramo.
Superada la canal realizamos una parada en la fuente que hemos encontrado en la ascensión, esta vez es parada obligada para reponer líquidos. Comparto con Toni una cerveza que todavía permanece fresca pese al tiempo que lleva en la mochila. Tino y Jesús no se detienen, siguen para encontrarse con Isabel y los niños que nos esperan en el Ibón para comer con nosotros. Se han acercado desde tramacastilla aprovechando el buen día que ha quedado después de las tormentas de la mañana.
Sobrepasamos el Ibón, a estas horas con bastante gente que ha subido a disfrutar del entorno, y buscamos un lugar 100 metros más abajo junto al torrente que nos permita remojar los pies y tumbarnos en el cesped. Son las 16,15 h cuando empezamos a comer. Media hora después, tiempo suficiente que alguno ha aprovechado para echar una cabezada, retomamos la marcha de vuelta.
Después de un pequeño despiste que nos hubiese llevado a Tramacastilla por una senda equivocada, a las 17,35 h. llegamos al parking. Felicitaciones y enhorabuenas. Otra cima a la buchera.
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