Travesía 2020
TRAVESÍA PIRENAICA SEPTIEMBRE 2020. CRÓNICA
4.9.2020.
HH. Ancianos Desamparados. Punto de salida.
Mañana calurosa (18 °) y luna llena, se presume, como así será, un día excelente para caminar.
A medida que vamos llegando a la parada, Andrés nos toma la temperatura a todos. Los dos minibuses, previstos para acercarnos a la presa de CAP de Llauset, no están a la hora (5,30h). Con casi media hora de retraso partimos. Entramos en Tierz a recoger a Cru y ya sin más paradas, por la ctra de Graus, Roda de Isábena, Sarraduy, son las 7,3 h. cuando pasamos por esta última localidad, nos incorporaremos a la N-230 que nos acerca a la población de Aneto (8,15h).
Nada más dejar la localidad, ya por camino vecinal, nos encontramos la sorpresa de un rebaño de 300 ovejas que impiden el paso. Los pastores nos indican que suben al monte y tienen aproximadamente 1 hora de camino. Ya cuando pensamos que nos toca aguantar e ir detrás contándolas para matar el tiempo nos avisan que nos peguemos detrás que en la próxima curva las amontonarán para que podamos pasar. Trabajo preciso el que realizan pastores y perros para dejarnos el espacio suficiente para continuar.
La pista, con tramos mal asfaltados, presenta no obstante una solera firme, bien compactada no hace mucho tiempo con conglomerado nos hace avanzar en la ascensión por el barranco de Llauset sin sobresaltos y disfrutando del bonito paisaje con la presa y cumbres en lo alto.
La profundidad del barranco, a nuestra izda., que atisbamos con claridad debido a la ausencia de vegetación nos impresiona. A la altura de 1940 M., en los apriscos situados en el "campament" cambiamos de vertiente manteniendo también sorprendentes vistas a los cortados formados por los barrancos Clot y la Escala. A la altura de este último la pista se bifurca girando bruscamente a la izda debajo de unas originales viseras antialudes.
Un ciento de metros más y llegamos a la embocadura del túnel de 1,2km. que nos acerca al parking de la presa. El túnel está abierto en la época invernal para peatones y sólo para coches a partir de mayo/junio.
El túnel, sin revestir, da la sensación de inacabado y ofrece un aspecto tenebroso, nos sitúa por momentos en los confines de la segunda o primera guerra mundial.
Desde el pueblo de Aneto (1.450 m) la pista asciende durante 10 km, salvando un desnivel de 750 m. hasta la entrada del túnel de Llauset (2.100 m).
Al otro lado la presa de Llauset, aún medio llena, nos ofrece ya unas instantáneas paisajísticas inolvidables.
9h. Formamos los tres grupos establecidos ya previamente sin más dilación y con una prudente distancia entre cada uno de ellos comenzamos la marcha diez minutos más tarde atravesando un pequeño túnel y siguiendo la traza del GR 11-5 por la parte izda de la presa.
La senda será siempre ascendente, con mayor o menor inclinación, hasta la cima de nuestro objetivo. Dejamos el GR a nuestra izda. (10h) para ascender a la colada de Llauset y atacar desde allí la cima del Culebres.
Saxífragas y Poa Laxa son las flores que nos acompañan en el recorrido, aportan colorido a la zona herbosa y pedreras.
10,50 h. Junto al agua clara y ferrosa del barranco-río de Llauset paramos a almorzar.
11,30h. Reanudamos la marcha recomponiendo los grupos. Cruzamos el barranco dejándolo a nuestra. dcha. y después de hollar una zona mixta de tasca y piedra afrontamos una dura ascensión por una diagonal de piedra ferrosa descompuesta que nos llevará al collado de Llauset.
Antes, justo en la surgencia del río, Susana no se encuentra con fuerzas suficientes para seguir y decide no continuar, le indico que no abandone por ningún motivo el lugar porque bajaré a buscarla en cuanto haga cima.
El cambio de vertiente, a 2869 m. , nos permite divisar toda la zona nueva esquiable de Castanesa y a lo lejos cimas emblemáticas que destacan sobre las demás, Cotiella, Poset, Eristes, Forqueta (3000 que ascendimos en la travesía del año pasado).
Después de recuperarnos de este duro tramo, especialmente los componentes del grupo 3 y Rafa, que sube en su grupo más despacio, seguimos por una trocha que va bordeando la cresta en una también exigente ascensión.
Con mucho cuidado en los tramos con una fuerte ladera y piedra descompuesta, ayudándonos unos a otros, y utilizando las manos como apoyo en bastantes ocasiones, realizando pequeñas paradas, no sólo para recuperar aliento sino para disfrutar de las vistas, llegamos a la cima del CULEBRES (3059 m.).
Fotos individuales y de grupo para el recuerdo. Disfrutamos del paisaje despejado que está única posición nos permite observar de las Maladetas y todas sus cimas emblemáticas, Aneto incluido, y las espectaculares vistas del Valle Coronas, con sus Ibones llenos.
Mientras yo desciende rápido, después de comprobar con Cru y Andrés que el grupo puede cruzar a la TUCA de Vallibierna por el paso inferior de la cresta del "caballo", en busca de Susana, los demás se preparan para afrontar el paso con mucha precaución.
Preocupado por Susana, que desde la cima he visto había avanzado unos cientos de metros por la senda hasta el comienzo de la pedrera, bajo rápido.
Desde el barranco observo como el grupo va afrontado el paso, algún silbido desde la cima fijan la situación del mismo.
Una vez con Susana, a quién hace compañía un joven catalán, retornamos por nuestros pasos hasta converger con el GR 11-5. Desde aquí nos dirigimos hacia el refugio con mucha calma, al ritmo de Susana. Parada en la cabaña de Botornas, junto al enorme mojón que lo señala, y en el ibón del mismo nombre, donde aprovechamos sus aguas claras para echar un trago y comer algo de fruta.
Mientras el grupo, superado el paso alternativo del caballo, no por ello exento de riesgo (llamado así porque la mayoría lo cruza por la cresta como si estuviese en una silla de montar), asciende hasta la TUCA de Vallibierna (3059 m).
El descenso se realiza avanzando por la cresta, dejando a la izda la sierra de Montanuy, en busca del Ibón Chelat. Una vez alcanzado, el entorno idílico que proporciona agua y montaña. Es aprovechado para comer, sin prisa. Hay tiempo para descansar, disfrutar del entorno y refrescarse en las aguas frías del Ibón.
Mientras Antonio y Susana llegan al refugio y aprovechan para conocer los protocolos y las 6 habitaciones asignadas al grupo, que distribuimos nosotros en número de dos para cada subgrupo. Cada habitación dispone de 6 camas y baño individual.
Ambos comemos en el refugio y mientras Susana se queda a descansar, yo, sin mochila, comienzo la ascensión hacia Vallibierna en busca del grupo. Cuando supero la bifurcación Collada y TUCA de Vallibierna observo que descienden desde la Collada, GR., una pareja, una corazonada me dice que por la hora podían ser Marta y Jorge, los miembros del grupo que han partido por la mañana desde Senarta (Benasque). Retrocedo y los espero en el cruce, acierto de pleno, me presento y les indico las normas del refugio y la distribución de las habitaciones.
Prosigo en mi búsqueda del grupo hasta encontrarlos en el ibón más inferior del Estany de Botornás. Lo bordeamos juntos hacia el este para acercarnos a las crestas, avanzando después hacia el norte hasta el extremo de la colma donde tenemos las mejores vistas del refugio, del ibón de Llauset y del comienzo de la ruta de mañana hacia la collada de los Ibones.
Son las 17, 45h, la hora no nos permite permanecer mucho rato disfrutando de la panorámica, nos han indicado que a las 19 h. hay que cenar. Con el descenso (200m. aproximadamente), protocolos de desinfección (botas y mochilas) y una buena ducha tenemos el horario ajustado. Posteriormente nos indicarán que cenaremos una hora más tarde, después de aceptar las disculpas del refugio, nos permitirá, no hay mal que por bien no venga, tomar unas cervezas sin prisa e intercambiar las experiencias de la jornada.
20h. Todos estamos sentados en las tres mesas del comedor, dispuestas para dar servicio a cada grupo. Lentejas, longaniza/butifarra de segundo y natillas con galleta de postre, todo ello regado con una excelente agua de reserva del ibón de Llauset.
5.09.2020
6,30h. Desayuno. Zumos de naranja y piña, café y leche, magdalenas y pan, mantequilla, mermelada y miel. Justo pero suficiente.
Después de repartir los picnic, almuerzo (manzana, barrita, Zumo y pequeño sandwich de salchichón) y comida (vol de pasta de macarrones), a las 7,30h se recomponen los grupos y comenzamos la exigente etapa de hoy.
El seguimiento del GR no ofrece ninguna dificultad, bien marcado en todo el recorrido sólo exige prestar atención a las marcas, bien colocadas en el trayecto para no encontrar más dificultad que la exigida por los obstáculos del camino, desnivel y los bloques de granito que hay que superar en buena parte de la etapa, especialmente en la ascensión y descenso a las colladas de Salenques y Barrancs.
Iniciamos la marcha dirección a la colladas de los Ibones, dejamos atrás el refugio y a nuestra izda el ibón de Llauset antes de llegar a la colladas (2521 m) que nos permite observar el valle de CAP de Anglios y sus Ibones. Tenemos el sol de frente, permitiendo a los fotógrafos realizar buenos contraluces.
Giro a la izda (oeste) para avanzar por encima del Ibón de Llauset hasta la colladeta del ibón de Negre (2.676m). Son las 8,50h., ligera parada para reagruparnos buscando el abrigo, sopla una ligera brisa que a esta hora se hace inoportuna.
Continuamos superando altura y bloques de piedra hasta la collada de la Cap de la Vall (2702m), donde realizamos una ligera parada para atisbar la bonita panorámica que ofrece ibón y el pico Russell.
Giramos a la dcha, siguiendo la traza bien marcada del GR, hasta la desembocadura del ibón, donde paramos a almorzar, son las 9,50h.
En este punto, después de almorzar, 7 personas y Cru, la mayor parte de su grupo, después de las advertencias oportunas de la dificultad que entraña la ascensión, deciden subir al pico Russell. El resto, en dos grupos, una vez recuperadas fuerzas retomamos el GR para afrontar lo más duro de la jornada, el collado de Salenques.
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ASCENSIÓN AL RUSSELL (crónica de Jesús Belenguer) :
Segunda etapa de la travesía, el sábado nos tomamos el almuerzo en la cola del ibón frente al pico Russell, todavía corre el agua y se puede aprovechar para rellenar botes quien lo necesite. Javier explica que desde allí se puede quien quiera voluntariamente desviar del recorrido del GR para subir al pico, subida que anuncia tiene su dificultad, y unos 550 metros de desnivel desde donde estamos. Decidimos subirla 8 personas, que comenzamos el ascenso mientras el resto terminaba su almuerzo. Ascenso inicialmente suave a través de senda y piedras hasta llegar al pie del pico, donde se torna vertical y con pasos estrechos hasta llegar a la cresta, que nos da paso a la otra cara del pico, donde se suaviza la pendiente pero teniendo que avanzar a base de saltar de piedra en piedra, lo cual requiere estar concentrado en cada paso, hasta hacer cima, a 3.205 mts según está escrito en una de las piedras del montón que marcan la cumbre, en la que podemos disfrutar de la magnífica panorámica hacia los 3 valles, y de la cercanía al pico Aneto enfrente nuestro, asimismo aprovechamos que en lo alto teníamos cobertura en los móviles para hacer las llamadas y mensajes de rigor. El esfuerzo ha merecido la pena indudablemente y tras un rato iniciamos el descenso, que estaba previsto por otra vía para enlazar de nuevo con el GR, pero dicha vía no estaba clara por lo que aunque suponía más recorrido, decidimos bajar por el mismo sitio que lo subimos, con un pequeño atajo al final de la bajada, donde hicimos la parada para comer y de nuevo retomamos el camino hacia el refugio de la Renclusa donde encontramos al resto del grupo.
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10,20h Los dos grupos, guardando las distancias, proseguimos la ascensión por la izda del profundo barranco de Salenques. A medida que avanzamos, superando pequeños bloques de piedra en un inicio, alternando con claros de superficie herbosa, nos vamos situando en la parte alta del barranco, consiguiendo, a medida que vamos ascendiendo atisbar toda la extensión del mismo, visualizando en un primer plano, a un ciento de metros de profundidad, el refugio "no guardado" de Salenques. Desde antes del almuerzo no hemos dejado de contemplar a nuestra dcha., al otro lado del barranco, el Mulleres (3010m), segundo de los tresmiles que acometimos en grupo, y la TUCA de Salenques, puntón de bloques de piedra descompuesta de cuasi 3000m (2994 m).
La senda gira a la derecha para superar, después de un ligero descenso, una ladera con bloques grandes de granito que tenemos que pasar con ayuda de las manos. La colaboración y ayuda de todo el equipo ha sido imprescindible para solventar con éxito el tramo recorrido hasta ahora, pero se hace especialmente necesaria en este interminable tramo. Las cortas pero continuas paradas son inevitables para tomar aire. Antes de afrontar el último tramo de la ascensión, la chimenea, junto a una surgencia, medio oculta por las piedras, aprovechamos para refrescarnos y rellenar cantimplora, vacías en la mayoría.
Apostamos, en la bifurcación, por afrontar los últimos metros por la ruta de invierno, que se dirige de lleno a la chimenea, tramo de piedra descompuesta y con considerable verticalidad que ascendemos con mucha precaución, para no caernos hacia atrás por el peso de mochilas, y por no desprender piedras que puedan dañarnos.
Las ayudas de Miguel, M. Dolores y Tere han sido fundamentales para poder culminar con éxito este tramo de dificultad.
13,30h. Todos estamos en el collado de Salenques, sanos y salvos. 2812 m. La Sierra constituye la divisoria de los términos municipales de Montanuy y Benasque.
El grupo de Andrés ha llegado más de media hora antes. En el tiempo de espera ha podido contactar con Cru desde en la cima del Russell, éste le confirma que están bien y que descienden por el mismo sitio de la ascensión al lugar del almuerzo, de donde habían partido, no han encontrado el camino que con seguridad les acercara más directamente al collado.
13,40h No vamos bien de hora, pero era necesario este descanso antes de continuar por la exigente bajada al barranco de Barrancs. Quedan restos del nevero que han cubierto esta zona hasta hace poco, tanto a dcha como a izda.
Los enormes bloques de piedra del primer tramo de descenso, que la naturaleza a mal ensamblado, exige concentración para no caer en los huecos profundos que crean, evitando también las losas sueltas que pueden originar torceduras.
15,00h. El grupo de Andrés, que avanza más rápido, ha llegado a la parte despejada del barranco y nos esperan junto a unas correntias del deshielo para poder coger agua. Aprovechan para comer. Nosotros lo hacemos media hora más tarde. Cuando llegamos decidimos que ellos partan y vayan por delante con el fin de llegar en hora al refugio, nosotros es obvio que al ritmo de marcha llegaremos pero con el tiempo justo para el último turno de cena, como así estaba previsto.
Mientras comemos observamos vagamente unas siluetas en lo alto del collado de Salenques, pensamos, acertadamente, que no pueden ser otros que los 8 del Russell. Por otra parte, dos planeadores que sobrevuelan por encima de las Maladetas nos entretienen por momentos.
Tan apenas 15' más tarde, después de dar cuenta de los macarrones del picnic, seguimos las marcas e hitos del GR descendiendo un poco más hacia la cabecera del ibón de Barrancs. Antes de llegar a este comenzamos el ascenso hacia el collado, único paso para superar el fondo del barranco y el ibón, encajado entre las laderas de las crestas.
Mientras ascendemos echamos la vista atrás para observar, no sólo el terreno agreste, seco e inhóspito que produce tanta piedra, sino al grupo de Cru que se acerca deprisa. Nos alcanzarán a pocos metros de comenzar el descenso. Más piedra de nuevo, bloques más pequeños que nos acompañan por la Bal hasta la larga chimenea que a nuestra izda desciende desde el glaciar del Aneto.
Piedras y derrubios, restos del glaciar, ocupan la larga y amplia chimenea que a lo lejos termina en un tubo que apunta a la base del Aneto. Por ella observamos cómo descienden media docena de montañeros, seguramente satisfechos por el logro conseguido.
Cruzamos una pequeña plana con pastos antes de seguir descendiendo hacia el cauce del barranco de Barrancs, recrecido con aguas de las distintas barranqueras pero que cruzamos sin dificultad. Continuaremos por la orilla derecha el descenso hasta el Plan de Aiguallut, una zona de helechos nos hacen los honores. Sorprendente lugar para todos, sobretodo a los que lo pisan por primera vez. En este tramo podemos contemplar también a nuestra izda., el impresionante salto del Salterillo, cascada que proviene del ibón del mismo nombre.
Entre las rocas afloran Viola diversifolia y Androsace celiata, características de esta zona del Pirineo, las hemos podido ver también en las laderas rocosas y pedregales que hemos atravesado en el recorrido.
Un poste con los destinos nos indica la dirección a seguir, bordeamos por la izda la plana herbosa, cruzamos pequeñas corrientes de agua por los los puentes de madera colocados para ello, así llegamos casi a la altura del foro donde giramos a la izda para comenzar la ascensión.
China chano, nunca mejor dicho, varios componentes del grupo van al límite y no se puede acelerar el paso pese a la demora que acumulamos. La tarde es muy agradable y pese a la tardanza llegaremos de día.
Por delante el Grupo de Cru, que había superado al de Andrés presumimos habrá llegado, como así me confirmarán después, y los componentes de este nos llevan relativa ventaja pero no lo harán mucho antes que nosotros. Andrés, con buen criterio, ha enviado de avanzadilla a Chema para que anuncie nuestra llegada con el tiempo justo y prevean que cenaremos en el segundo turno, 20 h.
En nuestra lenta subida oímos los silbidos característicos de las marmotas, aunque no logramos verlas. Estos roedores, los más grandes de esta familia, son herbívoros, viven en grupos y en pareja y llegan a pesar hasta 8 kg antes de la hibernación.
Varios foraos concentran también nuestra atención en esta última ascensión del día, así como varios ejemplares de pino negro con sus ramas retorcidas formando figuras muy dadas a la imaginación.
A mitad de subida, dejamos un desvío a la izda. que se utiliza como alternativa para subir al Aneto por el ibón y barranco de Salterillo. En este punto me quedo atrás con Susana, subiendo a su ritmo, mientras el resto del grupo ascienden un poco más ligeros.
Coronado el collado nos espera Cru, se hace con la mochila de Susana, como también ha hecho Jorge anteriormente con Mari, y continúo el descenso más rápido por intercambiar y confirmar con Pedro (guardia del refugio) los horarios y protocolos establecidos para cena y desayuno.
A la llegada, 19,45h., me esperan Tony y Andrés, este con una cerveza fría que agradezco enormemente.
La mayoría de la gente ya está duchada y ha ocupado sus literas. Estamos ubicados, como acordamos, en la planta 2 en tres departamentos independientes de 8, 16 y 16 literas que hemos utilizado teniendo presente la composición de los grupos. Al igual que en CAP de Llauset, desinfección de zapatos y mochilas a la entrada y cambio de calzado.
Los que hemos llegado más tarde nos ducharemos después. Es hora de cenar. Ocupamos dos mesas alargadas de 15 en el salón, estamos solos. Ensalada para compartir, crema de verduras, muslos de pollo con patatas y pimientos de guarnición y tarta de postre, un buen menú que a nadie disgusta como colofón de la exigente jornada, todo ello regado con 4 botellas de vino gentileza de Luichi por su aniversario.
6.09.2020.
Pocos han sido los que no han roncado, pero el cansancio ha hecho que casi todos hayamos podido dormir, de un tirón o a intervalos. Los menos dicen que sólo han podido descansar desesperados por la música nasal.
6,45h. /7 h. Todos estamos desayunando. Los primeros en levantarse de la mesa son los 17 que van a ascender a Ibones y Tuca de Paderna. Dejan las mochilas en el refugio para que sea más cómodo y rápido el ascenso.
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Subida a PADERNA (Crónica de Jesús Belenguer)
El último día de la travesía, a las 7:30 h el grupo de 17 que elegimos la opción de subir al pico de Paderna iniciamos la marcha desde el refugio, vamos y volvemos por el mismo camino por lo que dejamos las mochilas, lo cual se agradece tras el esfuerzo acumulado. Comenzamos senda arriba, hasta llegar a un pequeño collado por el que avanzamos, atravesando también un tramo de piedras, hasta llegar de nuevo a otra senda hacia arriba que seguimos hasta que se bifurca, a la izquierda hacia el pico Alba, y nosotros continuamos por la derecha subiendo ya más tendido hasta alcanzar la cresta, que cruzamos y por detrás acometemos el último tramo hasta coronar la cima en 2 horas desde que salimos. Desde allí hay una gran panorámica, hacia un lado de todo el valle, con los llanos del Aiguallut, el refugio, la Besurta, la senda que da el paso a Francia, y por el otro con el cercano pico y glaciar de la Maladeta, o el pico Alba entre otros. El descenso lo hacemos por el mismo camino, desviándonos un instante para pasar por el pintoresco ibón de la Renclusa, y retomar la senda hacia el refugio, donde almorzamos y ahora sí cargamos con las mochilas para tomar el camino a través de los llanos del Aiguallut hacia la Besurta primero y Llanos del Hospital después donde nos reunimos todo el grupo.
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Los 13 restantes, 10 del grupo 3 de Antonio y Caker, Rafa y Paco iremos a la plana de Aiguallut.
Antes de iniciar la marcha hacia el collado de la Renclusa y deshacer el último tramo del recorrido de ayer, nos acercamos al monolito conmemorativo de la Federación Catalana para divisar el paisaje con la Bal del Ésera al fondo.
Son pasadas las 8,20 cuando comenzamos la ascensión, despacio, disfrutando de las vistas que no pudimos observar ayer, Paderna, Pico Alba, Maladetas......
En el descenso hacia el Forao volvemos a escuchar los silbidos de marmota, pero no podemos verlas hasta llegar a la plana, donde son numerosas las parejas que se dejan fotografiar. Bordeamos la Plana, damos la vuelta completa para no tener que descalzarnos ni provocar mojarnos saltando entre las piedras del cauce, superando los meandros por los puentes de madera establecidos en el recorrido.
Un grupo de jinetes y caballos se dirigen hacia el coll del Toro por el barranco de la Escaleta.
Una vez en el Forau, 10,30h., paramos al abrigo de la pequeña loma a almorzar. Media hora que aprovechamos bien antes de retomar la marcha. A partir de aquí nos vamos cruzando con las personas que llegan y que ha ido dejando el bus en la Besurta. Una vaca muerta, despeñada en el fondo del Forau nos llama tristemente la atención. Después de observar la sima por la que tristemente desaparece toda el agua, resurgiendo de nuevo, dicen, en el Valle de Arán, concretamente alimentando al río Garona francés, proseguimos la caminata hacia La Besurta. Vamos parando en el trayecto no perdiendo detalle y realizando fotos.
12h. Ya en la Besurta, con un excelente sol, que nos ha acompañado hasta ahora, tomamos unas cervezas junto con restos de frutos secos, queso y embutidos que todavía portamos en las mochilas.
A las 12,30h, por el GR retomamos la marcha hacia los Llanos del Hospital, punto final de nuestro recorrido de hoy y, al mismo tiempo, punto de encuentro con el Grupo de Cru.
Cruzamos la Plana de Arriba, donde a nuestra izda el Ésera parece que se adormece con un caudal escaso en esta época, desplazando sus aguas en silencioso por los llanos de las Planas (Arriba y Abajo) hasta los Llanos, donde ya empieza a engordar con los vertidos de las numerosas barranqueras que convergen a dcha e izda, convirtiéndose ya antes de Benasque, con sus 95 km de recorrido, en un enrabietado río y mayor afluente del Cinca.
En el refugio del abrigo de La Besurta cruzamos el camino y continuamos por la izda, en bus de las faldas del Salvaguarda y Peña Blanca.
A la altura de los Ibones de Plan de Están (1861 m), secos en la época estival, volvemos a ver los caballos de la mañana que regresan. Un poco más adelante, en la Pleta del Tormo, donde se aprecian los destrozos de aludes recientes, empezamos a recibir señales de cobertura. Aprovechamos todos para realizar llamadas a casa, hemos estado incomunicados desde la tarde del día 4, e intentar contactar con el conductor del BUS para cambiar la hora y el lugar de recogida. Tarea esta complicada porque han cambiado de chófer y no hay forma de conectar. Tras una docena de llamadas, ya en los Llanos, conseguiré localizarlo y trasladarle las novedades.
Descendemos a la Pradera de los Llanos (13,40h) , dejamos los restos del antiguo hospital a nuestra dcha., y cruzamos nuevamente el río para llegar a nuestro destino muy cerca de las 14h.
Nuestro amigo Miguel, aprovechando el cambio de horarios, ha subido a por M. Carmen, se bajan a Benasque a comer con la familia. El resto, después de unas cervezas en el establecimiento hostelero, comemos en una zona apartada, junto al parque infantil.
En este ínterin recibo la llamada de Cru anunciándome que ya han dejado la Besurta y paran a hacer lo propio en un abrigo de la Plana de Arriba.
A las 15h cuando nos caen unas pocas gotas mientras comemos, pero muy lejos de las previsiones del día (tormentas con fuertes chubascos). Al final nos respeta la climatología.
Mientras tomamos cafés llega el grupo de Cru. Ya todos juntos no cabe más que felicitarnos por las excelentes jornadas y esperar unos minutos hasta las cinco, hora de recogida del BUS.
Pasan cinco minutos cuando llega el vehículo de Avanza de 55 plazas, suficiente para que ocupemos plazas alternas continuando con el protocolo de seguridad, aunque a esta fecha están levantadas las restricciones para viajar separados. Mascarilla y jabón desinfectante de manos antes de subir al bus.
Jorge y Marta se quedan en Senarta, donde dejaron el coche el día 4, antes de partir hacia el refugio de CAP de Llauset por Coronas.
En Benasque, parada de 5' para que Tomás vea a su familia (Cris e Iván). Con todo ello, la parada para cambio de conductor en Barbastro y la entrada en Tierz a dejar a Cru, viaje rápido y cómodo que más de uno ha aprovechado para echar una cabezada.
A las 20h. estamos en la parada del bus de la residencia de las HH. Ancianos Desamparados.
Muchas gracias a todos por vuestro esfuerzo y comprensión.
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