Aneto - 7 de septiembre

jueves, septiembre 08, 2016 0 Comentarios

ANETO - 7 DE SEPTIEMBRE DE 2016. ANDRÉS y ANTONIO





FOTOS de la JORNADA.

A las 6,30 h. estábamos en Benasque para poder coger el bus que nos acercase a La Besurta. En estas fechas, concretamente hasta el día 11 de este mes, es el único medio móvil para poder acceder, salvo que quieras ir a pie desde los Llanos de Hospital. Como no partía hasta las 7,30 h. aprovechamos para echar un bocado en uno de los pocos bares que abren pronto.
El ligero retraso en la salida y las paradas del trayecto hizo que iniciáramos el ascenso más tarde de lo previsto. A las 8,20 horas comenzábamos la marcha. La mañana fresca nos obliga a abrigarnos, será momentáneamente porque el día se presume caluroso. Iniciamos el paso suave, calentando, disfrutando del paisaje que nos ofrece uno de los más bonitos, a mi gusto, valles del Pirineo. Las vistas van cambiando a medida que vamos ganando altura y por los distintos puntos de observación que el camino zigzagueante nos va ofreciendo, también los rayos de sol, que poco a poco van superando las cimas, nos van ofreciendo una perspectiva diferente.
En apenas 25 minutos llegamos al refugio. No queremos entrar para no poder tiempo, pero tenemos que hacerlo porque no encontramos ningún cartel marcado que nos indique con seguridad la dirección correcta. Amablemente nos lo indican.
A las 8,45 h comenzamos la verdadera ascensión. Un pequeño prado inicial da paso a una senda con continuas lazadas que discurre inicialmente por terreno herboso, dividiéndose en varios trazados paralelos que pueden confundir pero que van convergiendo poco a poco. Este tramo inicial asciende por la izda paralelo al barranco de la Madaleta. Las marmotas, como no podía ser de otra manera, difícilmente se dejan ver pero advierten de nuestra presencia.
Después de pasar un pequeño torrente, donde se pierde la traza bien marcada, debemos seguir los distintos hitos de piedra existentes que nos van confirmando la dirección correcta y que nos acercarán a una zona rocosa de piedras sueltas que en varias ocasiones tenemos que superar con ayuda de las manos. Desde este punto, salvo en algún pequeño tramo menos vertical donde aprovechamos para tomar aire, la subida gana en inclinación. Ya hace rato que nos hemos bajado manguitos y recogido la capa de abrigo que llevábamos.
Los mojones no faltan, marcan caminos distintos, hacia los portillones o hacía el barranco, pueden generar confusión. Nos inclinamos por la que nos acerca al portillón, situándonos casi  por debajo de la cresta. Antes de llegar a un falso llano, donde hay ubicados unos pequeños vivac, nos tropezamos con un italiano madrugador que desciende con su perro, vuelve enfadado consigo mismo por no llevar crampones ni piolet y no haber podido culminar la ascensión. Nos alivia el pensar que hemos sido previsores habiendo alquilado sendos materiales. Aquí son las 9,40 h, buena hora para parar a echar un bocado y deleitarnos con las excelentes vistas que nos depara la sierra de la Madaleta con su glaciar hacía el sur-este, la amplitud del valle al fondo,  iluminado por el sol casi en su totalidad, por donde discurre el disminuido todavía cauce del Esera, y a nuestra dcha., al otro extremo del valle, el Salbaguardia y el paso del Portillón. Tiramos de mapa para poner nombre a las cimas que nos rodean. Todavía no vemos el Aneto, la cresta de los Portillones nos lo impide.
Estamos tan a gusto y el tiempo es tan agradable que cuando nos damos cuenta son las 10.30 h., hemos estado entre almuerzo y observaciones 50 minutos, más tiempo del previsto, no nos arrepentimos, ha valido la pena disfrutar de tanta belleza, además con toda seguridad que a la bajada no nos detendremos.
Al reanudar la marcha, unos hitos situados detrás del vivac nos despistan, los seguimos y nos elevan a la cresta. Otra marca descendía hacía el barranco, esta es la que deberíamos haber tomado para ascender después siguiendo el mismo hasta el paso del portillón superior. Pero como retroceder dice Cru que es de cobardes, seguimos por la cresta hasta el paso, nos sirve como entreno para el paso de "Mahoma". Después de varios destrepes llegamos al paso del collado a las 11 en punto. Es aquí donde tenemos ya a la vista  el Aneto y el glaciar, nos sorprende gratamente, seguramente uno de los mejores puntos de observación  del rey del pirineo. Observamos también a varios grupos que están atravesando el glaciar, unos de ida y otros volviendo, todos siguiendo la misma traza.
Realizamos un destrepe para descender el collado, siguiendo el ascenso por una senda que sigue la ladera de las Madaletas, buscando el collado maldito. Distintos hitos marcan varias rutas, decidimos seguir nuestra intuición y continuar en diagonal hacia el acceso a la traza del glaciar. Tenemos que ir sorteando enormes bloques de granito hasta llegar a los pies del glaciar. Los mojones nos van indicando ascendemos correctamente, no obstante no hay confusión alguna porque se ve claramente nuestro objetivo.
Al llegar al glaciar tenemos que sortear varios torrentes del deshielo exagerado que se está produciendo por las altas temperaturas de los últimos días, el de hoy incluido. Ascendemos unos cientos de metros casi en paralelo al glaciar hasta llegar al punto donde tenemos que iniciar el paso del mismo. Estamos en la vertical del Pico del Medio, ligeramente al oeste del collado coronas, a 3100 m. de altitud. Calculamos que desde donde estamos a la parte más alta del glaciar, escasamente habrá 200 metros.
El hielo del glaciar tiene el color tintado marrón de la tierra, el agua baja turbia. Son las 12.10 h. cuando después de colocarnos crampones comenzamos la travesía. El hielo en bastantes puntos de nuestro recorrido parece granizado, tenemos que evitar también las canaleras con agua del deshielo que se forman en la parte superior del glaciar. Menos mal que llevamos botas de goretex. La senda discurre en diagonal hasta aprox. 100 m. del collado coronas, girando a la izda casi en horizontal para cruzar una zona rocosa de aprox. 50 m.  que  una vez superada nos sitúa de nuevo en el glaciar justo debajo de Punta Oliveras. Desde aquí el último tramo del glaciar lo ascendemos casi en vertical por una fuerte pendiente con el hielo bastante degradado por el agua, hay que prestar atención para buscar puntos donde agarren bien los crampones. Una ligera lazada a derecha e izda en la parte final nos acerca a la única zona donde pisamos nieve, ya en los últimos metros del glaciar, aquí nos cruzamos con unos montañeros que descienden con un perro con gestos de asustado.  Estamos justo debajo de nuestro objetivo, a 3250 m. Han sido 40 minutos el tiempo invertido para superar el glaciar.
Recogemos crampones y piolet, y después de utilizar las manos para superar una pequeña pared rocosa sin dificultad, nos disponemos a afrontar los últimos metros de  ascensión. Nos cruzamos en los primeros metros con un grupo de aprox. 15 personas, y con varias parejas antes del paso de Mahoma.
Antes de iniciar el paso tan esperado aprovechamos para disfrutar de las vistas que nuestra posición y un día tan despejado nos proporcionan, así damos tiempo también a que tres montañeros franceses hagan el paso sin agobios, van encordados. Entiendo porqué el nombre de "paso de Mahoma". El primer obstáculo del paso a superar es una piedra en forma de mesa de aprox. 1 m2. que nos obliga a superarla en nuestro caso sentados, después, ya en posición vertical, el siguiente tramo no se hace complicado por los distintos puntos de apoyo para pies y manos que ayudan a afrontarlo con seguridad, eso sí concentrado y asegurando cada punto de agarre.
Objetivo cumplido, después de 10 minutos de vértigo, a las 13.25 h. hacemos cima. La sensación de satisfacción por haber coronado al Rey del Pirineo es indescriptible. Pensar que desde el Sur de España (Mulhacén) y hasta los Alpes todo está a tus pies es inimaginable. Observamos con atención e intentamos poner nombre a las cimas que sobresalen en el horizonte, por los cuatro costados hay montañas que destacan unas sobre otras. Impresionantes las más cercanas que nos rodean,  los tres miles que forman junto con Aneto los Montes Malditos (Gran de Llosas, Cabo Barrancs, Russell, Tuca d'el medio, Pico Maldito, Las Madaletas y Tuca d' Alba), Salbaguardia y Tuca de la Mina con el paso a Francia en medio de los dos del  Portillón, Pico Mulleres, Cap de Toro y Tuca Salenques. Y a nuestros pies, bajando la vista, los casi desaparecidos glaciares de Barrancs, Tempestades y Corones, y en parte inferior sus ibones, corones y barrancs, y como no el Foro de Aiguallut. Tarea difícil y complicada poder plasmar sin omitir ninguno todos los puntos que nos llaman la atención.
Aprovechamos la presencia en la cima de los 3 franceses, con quien nos entendemos perfectamente, para que nos hagan fotos juntos. Estaríamos mucho tiempo, la temperatura no inferior a los 15º y la ausencia de aire invitan a ello, pero son las 13.40 h. y consideramos que es hora de descender por ver si es posible coger el bus de las 17 h. en la Besurta.
Los franceses se nos han anticipado y han iniciado el descenso, están en el paso de mahoma de nuevo, les pedimos nos dejen pasar, a lo que acceden. Siguen encordados y nos habrían hecho perder tiempo. El paso de vuelta, en descenso, parece menos complicado. Recogemos las mochilas que hemos dejado aparcadas antes del paso y enseguida estamos de nuevo colocándonos los crampones. Intentamos variar la ruta del primer tramo de retorno  del glaciar por evitar la zona de hielo con excesiva agua, pero desistimos porque tendríamos que descender por una tramo largo de piedras. Volvemos por el mismo sitio, prestando si cabe un poco más de atención y asegurando mucho más los pasos en evitación de resbalones por el poco agarre de los crampones en una zona con hielo desecho y con bastante agua.
Son las 14.50 h. cuando hemos terminado el paso y volvemos a recoger definitivamente los crampones. Coincidimos en este punto con cuatro personas, dos se tienen que volver abortando la ascensión por no llevar material adecuado. En el descenso, ya más tranquilos, vamos observando con atención las moles de granito, erosionadas y pulidas por el paso del tiempo por el hielo. Las correntías del deshielo forman badinas singulares que invitan a un remojón. Volvemos a sortear los bloques de granito realizando en algún caso malabarismo para superarlos. En el descenso más que guiarnos por los mojones seguimos nuestro instinto orientados por las agujas del paso del Portillón, que nos van marcando el trayecto.
Adelantamos antes de afrontar el paso a los dos montañeros que se han vuelto desde el inicio del glaciar y a una pareja que descienden más despacio. Superado el collado, y después de compartir Andrés su agua con uno de los montañeros, continuamos el descenso por la barranquera seca que forma el paso del portillón superior y que discurre más vertical que la ruta que hemos tomado en la subida, evitando las crestas de los portillones. Pisamos un poco de nieve en una zona sombría del barranco en el tramo inicial. Los mojones dispersos, al igual que en la subida, nos hacen perder tiempo en la elección del camino más directo. Descendemos, aún así, bastante rápido, sin paradas, salvo las necesarias para buscar los hitos que nos confirmen vamos por la traza correcta.
A las 16,45 h. tenemos a la vista La Renclusa y a las 17 h. estamos tomando unas cervezas en el refugio, caras pero precisas, a 3 € la lata. Nos han faltado 15 minutos para poder llegar en hora a la Besurta. Como el siguiente bus parte a las 19 h decidimos echar un bocado sentados tranquilamente en la puerta del refugio, tenemos tiempo de sobra. Compartimos la comida con media docena de gatos que nos rodean.
En la Besurta, punto de partida, estamos a las 18,15 h., aprovechamos la espera para volver a refrescarnos nuevamente con un par de cervezas, esta vez a 1.50 h. A las 18.30 h. nos subimos al bus que nos acerca a los Llanos, donde esperaremos hasta las 19 h. para iniciar el retorno a Benasque. En este  trayecto  nos sorprenden la cantidad de marmotas que campan a sus anchas por el prado, sin inmutarse del paso del Bus, por cierto bien gordas. Ya en la capital del Valle, no nos entretenemos en la localidad, son cerca de las 20 h. y hay que volver a casa.
Jornada excelente.

Javieres de Huesca

Club de Montaña Javieres de Huesca.

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